Nuevamente Adam Sandler trabaja unto al cineasta Dennis Dugan, con quien ya había hecho trabajos como Papá por siempre o No te metas con Zohan, pero, lamentablemente, en una comedia poco afortunada.
Jake y Jill (EEUU, 2011) quizás sea la cinta con más errores de continuidad que haya visto en el último año, y con un humor tosco y poco trabajado que hacen que se valoren de verdad sus pocos aciertos en la hora y media en que vemos a Sandler en un doble papel.
Sadler es Jake, un publicista mediocre que tiene como gran misión que el actor Al Pacino (sí, encarnándose a sí mismo) realice un spot televisivo promocionando el café Dunkaccino de Dunkin Donuts, mientras también personifica a Jill, su hermana gemela de carácter insoportable, solterona y con poca carisma. Presentar situaciones donde los dos personajes interactúan resultan poco engranadas logrando una serie de gags trillados y sin mucho tino.
En este embrollo argumental, donde los dos hermanos tienen forzados roces de incompatibilidad, la presencia de Al Pacino, como actor de cine y teatro mítico que se enamora de Jill, donde también hay lugar para la aparición de Jhonny Depp luciendo un polo de Justin Bieber, son elementos descabellados que sacan un poco de brillo pese a la participación de Eugenio Derbez, en un rol de mexicano ilegal y de buenas intenciones.
El comercial de Al Pacino, promocionando el Dunkaccino, viene a ser el momento más "original" de este filme, donde Adam Sandler parece haber perdido las ganas y la creatividad para diseñar personajes bajo un sentido del humor que no tenga que recurrir cada cinco minutos a lo escatológico para lograr una carcajada.
Jake y Jill (EEUU, 2011) quizás sea la cinta con más errores de continuidad que haya visto en el último año, y con un humor tosco y poco trabajado que hacen que se valoren de verdad sus pocos aciertos en la hora y media en que vemos a Sandler en un doble papel.
Sadler es Jake, un publicista mediocre que tiene como gran misión que el actor Al Pacino (sí, encarnándose a sí mismo) realice un spot televisivo promocionando el café Dunkaccino de Dunkin Donuts, mientras también personifica a Jill, su hermana gemela de carácter insoportable, solterona y con poca carisma. Presentar situaciones donde los dos personajes interactúan resultan poco engranadas logrando una serie de gags trillados y sin mucho tino.
En este embrollo argumental, donde los dos hermanos tienen forzados roces de incompatibilidad, la presencia de Al Pacino, como actor de cine y teatro mítico que se enamora de Jill, donde también hay lugar para la aparición de Jhonny Depp luciendo un polo de Justin Bieber, son elementos descabellados que sacan un poco de brillo pese a la participación de Eugenio Derbez, en un rol de mexicano ilegal y de buenas intenciones.
El comercial de Al Pacino, promocionando el Dunkaccino, viene a ser el momento más "original" de este filme, donde Adam Sandler parece haber perdido las ganas y la creatividad para diseñar personajes bajo un sentido del humor que no tenga que recurrir cada cinco minutos a lo escatológico para lograr una carcajada.