18.12.13

Oscar 2014: Capitán Phillips de Paul Greengrass



El nombre de Paul Greengrass es una garantía para momentos de tensión y acción trepidante. Tiene pulso para poner en ascuas al espectador, tanto en persecuciones como en la premonición de un atentado. Es preciso a la conjunción de los dos puntos de vista, de la víctima y su enemigo, sigilosos ante un encuentro que se vuelve estallido y resolución. Algo de esto sucede en las mejores escenas de Capitán Phillips, que como en su Vuelo 93 o en Bloody Sunday, recrea sucesos tomados de la vida real, atrapando de esas historias el aspecto más espectacular.

Como en toda película basada en hechos reales, y sobre todo cuando los protagonistas tienen visos de héroes, se pronostica un relato correcto, sin mayores revelaciones que dramatizar las situaciones de supervivencia y hostilidad con necesaria medición. Greengrass no escapa al requerimiento de dibujar un personaje a la medida de Tom Hanks, un capitán Richard Phillips que no temerá soltar su lado emotivo y "americano" en medio de una brutal tensión. El secuestro del barco MV Maersk Alabama, acaecido en el 2009, a manos de un grupo de piratas somalíes es narrado como hazaña vital, de un David contra Goliat, y se convierte en lo más logrado del film, que poco a poco irá cediendo sus virtudes para enaltecer la figura de Hanks, pese a la sobresaliente contraparte que encarna Barkhad Abdi.

Capitán Phillips (EEUU, 2013) fluye como relato de un secuestro, en ese asalto rápido y sencillo, de cuatro somalíes armados frente a un equipo de más de veinte hombres impotentes y asustados. Sin embargo, una vez que la película se centra en los personajes en el bote salvavidas, y se crea el paralelo con los rescatistas y negociadores de la Marina estadounidense, se va apostando a enaltecer la figura de Tom Hanks, y a dejar en claro las torpezas de los africanos. Greengrass no teme en brindarle a Hanks la primera escena gore de su filmografía, pero tampoco en darle unos minutos de más para que su histrionismo brille en alguna nominación al Oscar. 

16.12.13

Este es el fin de Evan Goldberg y Seth Rogen



Esta es una película que no existe sin la fama de otra ficción. Como si se tratara de una cadena de acontecimientos, los guionistas de Supercool, Evan Goldberg y Seth Rogen, se colocan el traje de cineastas y deciden poner toda su inventiva cómica al servicio de las figuras que crearon en sus anteriores trabajos (como en Pinapple Express), en medio de una historia de catástrofe y juicio final. 

Es por ello que encontrarse en Este es el fin a Jonah Hill, Michael Cera y a Christopher Mintz-Plasse (el famoso McLovin), interpretándose a sí  mismos, no sólo tiene la gracia de la autorreferencia sino el perfecto clima de sátira, burla y oda a la estupidez sobre un entorno de estrellas ebrias, desbordadas y felices del juvenil y actual cine independiente estadounidense.

El argumento de Este es el fin resulta sencillo: seis amigos quedan atrapados en la casa del actor James Franco tras una fiesta, mientras Los Ángeles es devorada por una serie de demonios fálicos, en una suerte de venganza divina o Apocalipsis de los nuevos tiempos. Los muchachos emprenden la misión de la supervivencia, que reside sobre todo en matar el aburrimiento o en emplear métodos absurdos de cooperación que no tienen mucho efecto. Con la vieja premisa cinematográfica de “el enemigo está dentro”, estos amigos van a ir afianzando lazos de solidaridad pero también reflejarán la típica idiotez y torpeza propia de la adolescencia, mérito ganado como emblema en este subgénero cinematográfico, y que los cineastas exponen gratamente a través de escatologías varias y surtido humor negro.

Si bien Este es el fin cae en la debacle expresiva hacia el final de la película (con una escena de exorcismo de más), la primera media hora es delirante y lograda, por el hecho de introducir a los mismos James Franco, Jonah Hill, Michael Cera, o el mismísimo director Seth Rogen, en facetas insólitas o soñadas, dentro del contexto de una lujosa fiesta de verano de drogas, alcohol y sexo, donde también aparecen Rihanna o Emma Watson como invitadas. Esta imitación de la vida real, con aire de “home movie” y de serie B, y del “cine que habla del cine”, coloca a Este es el fin en la continuidad de la tendencia mordaz de la comedia independiente, que no teme burlarse de sí misma y extender sus fueros, con algo de ingenio, hacia lo desopilante.

15.12.13

Causas y consecuencias de Robert Redford



La trama de Causas y consecuencias (Company you keep, EEUU, 2012) basada en una novela de Neil Gordon, se desarrolla desde los parámetros del “thriller” y deriva hacia las declaraciones frontales del drama: el FBI comienza a averiguar la identidad de varios miembros del grupo político The Weathermen, los cuales militaron a mediados de los años 70 en la comisión de flagrantes actos de terrorismo. La primera en caer es el personaje interpretado por Susan Sarandon, quien lanzará la madeja de investigaciones para ir al encuentro progresivo de los demás supuestos terroristas: Robert Redford, Julie Christie, Nick Nolte o Richard Jenkins, algunos de ellos fugitivos de la ley. 

Lo que parecía una oportunidad para disfrutar de un reparto de lujo (aparecen también Chris Cooper, Terrence Howard y Stanley Tucci) bajo un argumento ingenioso de pistas y desencuentros, se convierte en un relato moral y casi apolítico, sin compromiso, temeroso, donde los terroristas son tipos carismáticos y con corazón, a quienes hay que tener consideración y paciencia. Esta premisa fácil gobierna toda la película, y hace naufragar la intención por lograr un filme con alma y astucia sobre el mundo del periodismo (Shia LaBeouf funge de reportero de un diario de medio pelo: sin embargo su performance no colabora para este fin). Nunca el corazón de un diario y el mundo del periodismo aparecieron tan desdibujados como en esta cinta de Redford. Una pena. 

8.12.13

Perú: apuntes y mejores estrenos 2013





No es que haya sido un año diferente en la cartelera comercial, incluso entre los mejores estrenos del año aparece un blockbuster, sin embargo se han podido estrenar películas que llegaron con fama de festivales, aunque el problema siempre será el retraso con el que llegan a Perú en comparación a otros países de la región.


Este año fue sin duda significativo por los nuevos visos del cine peruano, debido a la figuración como alternativa dentro de la misma cartelera, que tenía acostumbrado al público a no ver con optimismo algún filme peruano, e incluso latinoamericano, si es que no tenía el lenguaje y ritmo de exhibición impuesto por las majors. Es así que Asu mare, protagonizada por Carlos Alcántara, produjo un fenómeno insólito en el cine nacional, no solo al invisibilizar el papel del cineasta (que incluso resulta anecdótico), sino al imponer un estilo de humor televisivo por encima de cualquier canon cinematográfico local, que acompañado de algunos motivos del género cómico, abrieron paso a un mercado con resultados económicos millonarios (ya se espera la secuela y algunas películas de similar factura). 


El estreno de Cementerio General de Dorian Fernández - Moris mantuvo la atención del público que estaba aún entusiasmado por el revuelo de Asu mare. El cine peruano no solo hacía reír sino también gritar. El tema es que si bien Asu mare se basó en un estudio de impacto y focus group sobre su trama, el caso de Cementerio... tuvo un proceso inverso, basado en un estudio basado en lograr solamente un trailer efectivo, que hiciera que las entradas se agotaran días antes del estreno. Sin embargo, el resultado de la película dejaba de lado las expectativas por encontrar un film de terror redondo, menos ingenuo, a diferencia de Asu Mare que por lo menos resultaba un producto con una fotografía cuidada, con una puesta en escena episódica, de sketch, basada en el monólogo de Alcántara, sin más pretensiones que divertir a costa de un humor con color local. Precisamente ambos estrenos sirvieron de buen prólogo, en cuanto a recepción del público, para las siguientes películas que ingresaron a cartelera como El evangelio de la Carne o Rocanrol 68, mostrando el interés del espectador por ver un nuevo cine nacional, más cercano y más atento a  sus gustos. Contexto que no gozó una película como El limpiador, debido a su estreno a comienzos del año, por tratarse también de una propuesta distinta y de "corte independiente".



En cuanto a la calidad, la cartelera de 2013 presentó películas nacionales de diverso calibre, sin embargo, debido a su apuesta expresiva, El limpiador de Adrián Saba resulta el mejor estreno nacional peruano del año, de la mano con El evangelio de la carne de Eduardo Mendoza, que logró mostrar otro tipo de posibilidades para el melodrama y para absorber todo un imaginario local en pos de un relato coral y abierto.

Un suceso importante, el estreno comercial de El espacio entre las cosas, película de corte experimental de Raúl del Busto, que debido a la obtención de un premio en un concurso de distribución, tuvo que estrenarla en una cadena de multicines, provocando un maltrato pero también reflexiones sobre el escaso circuito de exhibición para películas de este tipo.



Un suceso penoso: la muerte de Stefan Kaspar, fundador del grupo Chaski, quien se encontraba en plena actividad con su proyecto de microcines, y que supuso también un llamado de atención al Ministerio de Cultura, debido a la pérdida de una personalidad importante para el impulso de un cine fuera de los circuitos convencionales, promoción que no contó con apoyo estatal. Por otro lado, el tema del proyecto de la Ley de cine que no ha tenido avances, y los concursos de largometrajes y cortos para este año se hicieron con apuros en la segunda mitad, y no se han considerado cambios para hacer los procesos más transparentes (como el de limitar la participación de obras que ya han participado anteriormente o que tienen ya varios años desde su fecha de producción).

El 2013 también fue año para la afirmación de tres festivales: FIACID, Lima Independiente y Transcinema, espacios que permitieron que nuevos públicos se acerquen a nuevas películas, y que ubicaron también al país de dentro de una panorama de distribución y exhibición festivalera sin antecedentes. La llegada de Apichatpong Weerasethakul al Perú marcó un hito.

Un acierto en este año también fue la reposición de varias películas, mostradas en ciclos, que impulsó la cadena UVK, tanto para las películas de Alfred Hitchcock, como las de Brian de Palma y Stanley Kubrick, que en su mayoría gozaron de salas llenas. Este modo de exhibir clásicos también propició ver en proyección impecable El juego de la muerte con Bruce Lee y el especial de terror por Halloween. 

A continuación, mi lista de las mejores películas estrenadas tanto por vía comercial y por vía alternativa (festivales y salas de cine arte).

Mejores películas estrenadas en cartelera peruana

1. The Master de Paul Thomas Anderson
2. Antes de la medianoche de Richard Linklater
3. Cosmópolis de David Cronenberg
4. La noche más oscura de Kathryn Bigelow
5. Lincoln de Steven Spielberg
6. Las hierbas salvajes de Alain Resnais
7. Gravedad de Alfonso Cuarón
8. Amor de Michael Haneke
9. El conjuro de James Wan
10. Titanes del Pacífico de Guillermo del Toro

Dos decepciones de la cartelera: Spring breakers de Harmony Korine y Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar.


Diez estrenos de exhibición en circuito alternativo (festivales, salas de cine arte, cineclubes):

1. Leviathan de Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel
2. Stories we tell de Sarah Polley
3. Los tres desastres, episodio de Jean Luc-Godard en 3x3
4. Copia certificada de Abbas Kiarostami
5. P3nd3j05 de Raúl Perrone
6. Arraianos de Eloy Enciso
7. Los posibles de Santiago Mitre y Juan Onofri Barbato
8. La jaula de oro de  Diego Quemada diez
9. Viola de Matías Piñeiro
10. Salvo de Antonio Piazza y Fabio Grassadonia
11. La noche de enfrente de Raúl Ruiz
12. Yo soy mejor que vos de Che Sandoval
13. Vikingland de Xurxo Chirro
14. El sonido alrededor de Kleber Mendonça Filho
15. The act of Killing de Joshua Oppenheimer