15.7.11

Razones para ver Transformers 3: El lado oscuro de la luna











Michael Bay es uno de los directores más defenestrados del cine actual, no solo por ser considerado un pésimo cineasta, sino por ser el abanderado del empobrecimiento del 3D como estética, del uso poco austero de las tecnologías a cambio de espectacularidad gratuita y por el poco rigor actoral de sus protagonistas, entre otros puntos en contra. Sin embargo, ya dejando de lado un poco la apatía hacia este director, Transformers 3: el lado oscuro de la luna es un fresco de toques bizarros, escenas prefabricadas con diálogos de espíritu de eslogan publicitario y resoluciones inverosímiles que solo pueden ser propias del pastiche y el remedo insaboro y que la convierten en una cinta de atracción y repelencia.

El título de esta tercera parte hace propicia la aparición de un John F. Kennedy digital y animado tan pobre en su cercanía a lo real que es fácilmente asociado a la fisonomía de Arnold Schwarzenegger en la última entrega de Terminator, y que va a dar el contexto de la aparición de Cibertron y los primeros guerreros de metal en un plano más histórico. No se trató solo de la llegada del hombre a la luna sino del descubrimiento de entes alienígenas que la CIA y la NASA ocultaron a la humanidad.  Este es uno de los grandes detalles del guión pensado por Ehren Kruger, quien no sólo hace aparecer a JFK sino a Nixon y hasta Obama.  El legado de Forrest gump.

Bay quiere una película grandilocuente y lo logra con su hora y media de acción initerrumpida, donde destacan personajes de excesivo histrionismo, en este caso, como John Malkovich, John Turturro o Frances McDorman. Ken Jeong exacerba a su personaje y lo lleva a los confines de lo chirriante y asiático-estrambótico, que es quizás el elemento que condensa el estilo huachafo bizarro que provee Bay a su filme. 

Transformers 3 no tiene nada que ver con el título del clásico disco de Pink Floyd que intenta rememorar, sin embargo es una experiencia ejemplar para hablar de cómo alguien como Michael Bay, con unas ínfulas de espectacularidad y conocimiento de "lo que le gusta a la gente", hace una cinta decadente con mucho humor, estilo de lo fashion y acción desgarbada. Nunca fui fan de la serie de dibujos animados, pero creo que esta cinta mantiene un poco el alma de los robots humanizados que hacen evidentes los paradigmas más maniqueos de la humanidad.

3 comentarios:

  1. Hola Mónica:
    Michael Bay es malo para desarrollar una historia con coherencia, para dirigir a los actores, pero tiene habilidad para imaginar y crear las escenas de acción. Yo siempre lo he sostenido y lo escribí con ocasión del estreno del primer Transformers. Bay podría ser un perfecto director de segunda unidad, precisamente aquel que se dedica a realizar las escenas de acción en películas importantes. Si algún día pierde su status principal, seguro que podría hacerla bastante bien como director de segunda unidad al servicio de cualquier cineasta mucho más dotado que él.

    ResponderEliminar
  2. Así es, Kiko. Bay tiene mucha experiencia y habilidad para las secuencias de acción, y creo que en esta cinta lo demuestra incluso más que en las dos cintas anteriores de esta saga. Pero no puedo negar que su peculiar modo de narrar historias, efectistas, medio pasquinesco, me atrae, es malo pero uno no puede dejar de despegarse del ecran.

    ResponderEliminar
  3. Estamos de acuerdo, TRANSFORMERS 3, es poco mas que un bodrio, de aquellos. Innesesaria y aburrida. A quien se le ocurrió la idea de esos robotitos. Pero niquiera se entiende nada. Además de que el muchachito estrella de hollywood, Shia Lebauf, ya llega a hartar con actuaciones fingidas y mediocres. Un tremendo ladrillo

    ResponderEliminar