20.2.11

Saicomanía de Héctor Chávez
















Este documental del cineasta peruano Héctor Chávez tiene una clara intención: legitimar a través de diversas entrevistas la participación fundacional de una banda peruana de los años sesenta en los anales del punk, Los Saicos. Debido a la naturaleza local de esta agrupación mítica, su necesaria inserción en la historia del rock es una demanda que ha crecido con los años, debido sobre todo al aumento de fans nacionales y extranjeros de nostalgia inventada, quienes tratan de cobrarle al olvido la presencia innegable de este grupo en el imaginario de la rabia adolescente y la estridencia del garage y la psicodelia.

Chávez además de cineasta en un claro documental de parte, que intenta responder la pregunta ¿fueron Los Saicos una banda punk mucho antes que grupos emblemáticos como Sex Pistols o  Ramones?, es un fan que intenta colocar en el lugar que merecen a estos cuatro tíos de Lince a través de la legitimización de productores y conocedores pontífices que van a decir si Los Saicos, a parte de fundacionales, eran buenos en lo que hacían o no. "Yo creía que en Perú sólo había música con zampoña y quenas", dijo por ahí un miembro del grupo The sonics, contemporáneos a Los Saicos, que aparecen para contar el contexto de aquellos años; o "Mierda, en Perú hacían estas cosas", salido de la boca de algún productor como si se tratara de encontrar marcianos en Jupiter, son algunas frases que grafican lugares comunes y, que en todo caso, resultan más agradables como anécdotas o chistes dentro del gobierno hegemónico de EEUU e Inglaterra en el mundo de la música rock. 

Desde los créditos iniciales, donde se hace un montaje rápido de videos de youtube de fans y músicos que interpretan el no menos famoso Demolición, aparecen los nombres de los entrevistados, como John Holmstrom, director de la revista "Punk", así como del Iggy Pop and the Stooges. Sin embargo, de Iggy Pop apenas vemos el rostro y la breve respuesta de "Sí, quisiera conocer a ese grupo peruano" ante le pregunta de si tenía señas del grupo limeño.  Y los Stooges ni mú. La presencia de Iggy Pop en los créditos suena a bluff, pero vale la intención.

El documental está armado a partir de dos niveles, uno menos convencional que el otro. Entrevistas a Los Saicos que quedan, Pancho Guevara, Edwin Flores y César Castrillón, quienes van apareciendo poco a poco, para contar anécdotas, como aquella del baterista Pancho y el martillo en vez de baqueta. El otro nivel, y el menos logrado, y que cae por momentos hasta antipático,  está compuesto  por una narración en off que recrea el sentir de una fan y amiga del grupo, quien, como si volviera a mirar un álbum de fotos recién recuperado, va a darle un tono cuasi poético y jovial a este homenaje. 

Saicomanía (Perú, 2011) intenta revelar al mundo la existencia de esta banda, más allá de ser un tributo al grupo más significativo del rock nacional. Su narración a modo de reportaje ágil no profundiza mucho el contexto en el cual surgió la banda, no existen detractores a todo lo que se menciona o exalta (lo que es lógico), porque buscar ser coherente al título, a la hornada de admiradores en todo el mundo que toman a Los Saicos como inspiración.

Pie de página. Sí lamento las condiciones en las que fue proyectado este documental el pasado 19 de febrero en el ex cine Julieta. Así que esperaré el DVD.




4 comentarios:

  1. Para los fans y para la gente que en verdad esta metido en esto de la música, la precariedad en que se mostro el documental es lo de menos, Lo que nosotros esperabamos era poder cantar y gritar a todo pulmon TATATA YAYAYA!!!

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  2. Hola Julio Antonio: Imagino tu entusiasmo de fan, pero aquí o en la China, debe haber respeto hacia el espectador. Como dices, fuiste a ver a los tíos tocando, pero yo fui a la presentación del docu que era el motivo central de aquella noche. Y fue decepcionante. Incluso el subtitulaje tenía errores ortográficos. Paso.

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  3. Hola Mónica. Nos interesa mucho conocer las debilidades de nuestro trabajo, asi que te agradezco las críticas. De verdad.
    Debido a nuestro deseo de tener a los "tíos" de la banda tocando esa noche, tuvimos que improvisar algunas cosas. Y se notó.
    No nos arrepentimos, pero sabemos que eso afectó un poco el cuidado hacia la presentación del docu, y te pido disculpas por eso.
    Me encantaría invitarte para la siguiente proyección la cual, te prometo, mejorará mucho.
    Saludos, y gracias nuevamente.

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  4. Ok, Héctor, las buenas formas de ver el cine no se deben perder. Sino es como escuchar un vinilo de Los Saicos rayado.Saludos.

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