4.2.14

Oscar 2014: Nebraska de Alexander Payne


Nebraska cuenta, a través de un blanco y negro que evita el claroscuro y apuesta por las tonalidades grises creando un ambiente apático, la historia de un viejo alcohólico convencido de que ha ganado un millón de dólares a través de un cupón de publicidad y que se empeña en llegar al lugar de entrega en otro estado estadounidense, pese a sus limitaciones físicas y propias del alcoholismo y la vejez.

Como en sus anteriores filmes, Alexander Payne apuesta por centrar la atención en los diálogos plenos que describen, más que las acciones, las atracciones y repelencias de sus personajes, la textura de las relaciones filiales o amicales, o la hilaridad seca o sarcasmo como efecto. Bruce Dern, que luce un trabajo físico para este personaje, luce apagado pero sin impedir mostrar con fuerza su terquedad, su perfil de padre desinteresado, en ocaso, desorientado y parco, empeñado en cumplir su obsesión. En esta necesidad, el hijo, encarnado por Will Forte, decide acompañar a su padre Woody Grant en el viaje hacia Nebraska, en esta filme que anda entre dos rutas, la de la road movie y la comedia familiar.



Payne decide también hacer del paisaje un cómplice en este viaje de desencanto y de vuelta al origen, donde un Estados Unidos rural o pueblerino se somete a la locura del protagonista, visto a través de esta percepción loca a la caza de la ficción del millón de dólares. Sin embargo, lo que más llama la atención de Nebraska es que al ser una comedia con tira y afloja comunes entre padres e hijos que buscan restablecer lazos, Payne intenta agregarle otra tónica y coloca al pueblo Hawthorn como punto de desfogue y donde aparecen una serie de personajes que van a equilibrar o detener la problemática filial para convertirla en una lucha entre el pueblo natal y el futuro incierto.

Punto aparte es la actuación notable de June Squibb como la madre coprolálica, que resulta un personaje algo estrambótico pero comprensible ante el mundo de locura casera en el que vive el padre del protagonista. Así, Nebraska se vuelve una película entrañable, de intenciones discretas, sobre la paciencia de ser hijos y sobre la inversión de roles: el padre que vuelve a ser niño e hijo nuevamente. (Tomado de Desistfilm).

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