3.2.14

Apuntes: Nicolas Winding Refn



En una de las escenas iniciales de Breeder, la segunda película de Nicolas Winding Refn, uno de sus actores fetiche, Mads Mikkelsen, que encarna esta vez a Leny, un vendedor en una tienda de alquiler de películas, le indica a un cliente que en el segundo piso del lugar encontrará obras de cineastas de todo calibre y menciona a Fritz Lang, Leone, Corbucci, Scorsese, Jodorowsky, Romero, Fulci, Peckinpah, Carpenter, Craven, Herzog, Ed Wood, Fellini, Suzuki, Kubrick, Siegel, Woo,  Waters, Lynch, Hitchcock, Ferrara, Tarantino, entre otros, que al fin de cuentas pueden dar cuenta de algo en común: modos de filmar la violencia. Desde Pusher (1996) hasta Only God Forgives (2013), el danés Winding Refn ha mantenido un interés peculiar sobre cómo filmar estallidos de fuerza y rabia a partir de personajes marginales, outsiders de poca emotividad, estableciendo también una cartografía del crimen y la venganza, desde Copenhague a Los Angeles, de tierras vikingas a la actual Bangkok.


Pero en Breeder (1999), que además resulta ejemplar para mencionar algunos de los motivos de la filmografía de Winding Refn, también hay una secuencia inicial que introduce a los personajes, pero esta vez no a través de su cinefilia, como lo hace el personaje de Leny, sino a partir de determinada música que los acompaña (indie para ellas, metal e industrial para ellos), que dejan en claro la construcción de los recursos del danés al filmar y que es una de sus marcas: la puesta de escena liada al ritmo de la música que elige, y que en Drive y Only God Forgives tienen sus ejemplos de estilización más altos.

En el universo de Winding Refn hay hombres, peleas y silencios. Hay música, hombres y peleas, pero sobre todo, a excepción de Valhalla Rising (2009), existen hombres, peleas y neón. A lo largo de su filmografía el danés ha mostrado un claro tránsito en torno a la estilización de las formas de la violencia, desde su atavío expresivo, hacia una estética pura y calculada del golpe y la patada, desde paradigmas de marginales a punta de darle vuelta al designio de ser un don nadie en un entorno de criminales, mafias y drogas. Como en Bronson (2008), más cercana en cuanto a la propuesta de violencia coreografiada y gobernada por una fotografía hacia lo irreal a Only God Forgives, y un poco más lejana de Drive (2011), el cineasta realiza sus obras a partir de componentes definidos del género de acción, pero vistos también desde el thriller y el cine negro. 

Podría pensarse que el cine de Winding Refn ha ido en un decrecimiento, en el sentido que la irreverencia y habilidad de sus primeras películas, sobre todo las producidas en Dinamarca (la trilogía de Pusher), frente a las películas de factura estadounidense, más de qualité y refinadas en su puesta en escena (quizás más centradas en cómo lucen en esa sofisticación de lo violento). Sin embargo, Winding Refn ha logrado crear un mundo especial de maleantes y amorales, y de guerreros vengadores (como el One Eye de Valhalla Rising), donde no existe juramentos ni leyes que respetar, y es en ese gobierno de lo pulsional y de la venganza que la violencia obtiene un nuevo apellido. (Mónica Delgado). 

1 comentario:

  1. Es Bleeder, no Breeder. Buen artículo por otra parte. Acabo de ver Drive y me ha parecido como un videoclip en muchas escenas. Buena película pero exceso de estilo, llámale estilo llámale cuentos (cercano a la risa o a "qué cool es esto" según cómo te pille y la paciencia que tengas para esperar una frase) y más bien poco que contar.

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