Giallo intenta condensar lo que este subgénero del cine de asesinos seriales tiene como motivos: un detective o policía con traumas interiores que propician una afición malsana por la captura de los asesinos, muertes cuya estética buscan un trasfondo "artístico" o de carácter performativo, y la habilidad de un cineasta por concentrar el suspenso y el thriller entre la dicotomía de belleza y fealdad.
En este filme, denominado como el subgénero italiano, Giallo también es el apodo del serial killer freak que rapta en un taxi a modelos para luego desfigurarlas y torturarlas hasta arrancarle la belleza. El argumento es un estereotipo del mismo subgénero, pero Argento no muestra interés en subvertirlo, o en el peor de los casos, autohomenajearse, sino seguir las pautas de la fórmula sin entusiasmo y con languidez.
Giallo es una serie de tropiezos tanto en el modo de filmar como en la presentación de los personajes. Brody encarna a los antagonistas, el detective newyorkino, Enzo Avolfi, quien vive en Turín, y al asesino, Giallo, a quien ha denominado en la vida real como Byron Diedra, una suerte de heterónimo actoral. Emmanuelle Seigner es la hermana de Celine (Elsa Pataky, la novia real de Brody), en una de las peores actuaciones que haya podido desarrollar. Un filme demasiado lamentable como para ser de Argento y demasiado lleno de clichés que la hacen una cinta más del montón. Espero que haya un Argento distinto en la versión 3D que viene preparando de Drácula.
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