20.12.11

Presas del diablo de John Carpenter

Luego de nueve años, desde Fantasmas de Marte, John Carpenter volvió a la dirección a partir de una cinta de terror sobrenatural y psicológico, y que desafortunadamente lo muestra como un cineasta en debacle, dado al formulismo y a lo más manido de las tendencias del género en los dosmiles.

The Ward (EEUU, 2010) describe el internamiento en un hospital para psicopatologías de una supuesta piromaniaca, encarnada por una rubia Amber  Heard, quien en los momentos de tensión recuerda a la fragil Tippi Hedren en Los pájaros, y que personifica al personaje atrapado en un mundo sin sentido. Heard es Kristen, una nueva paciente que es sometida a diversos experimentos de curación en un sanatorio carcelario, donde convive con adolescentes trastornadas, quienes poco a poco le advierten que la dada de alta es un sueño imposible, puesto que escapar del ojo médico es una utopía.


Desde el clásico prólogo efectista, Carpenter, el otrora maestro del suspenso y mentor de atmósferas inigualables con banda sonora de sintetizadores, presenta el relato del típico fantasma vengativo, una mujer de rostro desfigurado y manos avejentadas que acosa a todas las pacientes de este truculento manicomio. Pese al intento de usar con destreza una "inesperada" vuelta de tuerca, cuyo recurso recuerda a cintas como la fallida Identity de James Mangold, Carpenter sale tropezando, quizás debido al guión de los hermanos Rasmusen o al poco interés por volver a hacer el cine de antaño. The ward es una mala anécdota, casi impensable dentro de la filmografía de uno de los cineastas capitales del cine fantástico, y por ello volátil y olvidable.

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