15.10.11

Guilty of romance de Sion Sono

Es imposible no relacionar la trama de este último filme de Sion Sono, con Bella de día de Luis Buñuel, aunque se trate de una cinta aún más extrema en su apuesta de mostrar el descenso de una mujer santa que deviene en prostituta. Guilty of romance es bizarra en su construcción narrativa, un thriller de motivaciones enrevesadas, como suele ser el cine de este cineasta japonés, y donde lo chirriante cobra una dimensión estética sin parangón dentro de la misma filmografía de Sono.

Guilty of romance (Japon, 2011) es una historia con una narrativa episódica, titulada por capítulo, siendo coherente con el entorno literario de sus personajes y con la fijación, que es mencionada, ante una obra de clara crítica social como El castillo de Kafka.Como en esta obra de Kafka, no existe la narración lineal, y bajo esta inspiración, Sion Sono nos traslada a través de juegos temporales y desordenados, a un Japón de entorno académico, con personajes con doble vida y viviendo en una sociedad de enfermedad evidente.

Con clara afectación noirish, la cinta se abre en sus primeros minutos, a un mundo donde predomina el neón, y la performance de un crímen-arte: un maniquí mutilado y rellenado con secciones de un cuerpo humano en estado de descomposición, hallado en un barrio de prostitutas y en medio de un caos policial. La detective Yoshida (Miko Mizuno) va a la caza de las pistas que la llevarán a desgranar el caso, mientras Sion Sono nos presenta a Izumi (Megumi Kagurazaka), una esposa con ropa de sirvienta, que hace de esclava marital mientras su esposo (Kanji Tsuda), es un reputado y refinado novelista, dado a la monotonía y a la jeraquía entre amo y esposa. Izumi, atrapada en ese entorno de reglas y rutinas, es captada por casualidad, y apoyada en su ingenuidad, por una agencia de películas porno, lo que se convierte en una actividad de escape, para nuevos en cuentros sexuales y para conocer a Mitsuko (una histérica y visceral Makoto Togashi), una prostituta obsesionada con El Castillo de Kafka y profesora universitaria de Literatura.


La trama del thriller lleva a un frente a frente entre los personajes antagónicos: la virginal Izumi, que se vuelve prostituta, y Mitsuko, la prostituta aguerrida, mujer modélica y que Izumi tratará de imitar, en un nexo que roza lo lésbico y el real camino hacia la liberación. 

Guilty of romance es una cinta de aspecto barroco, con una protagonista a la búsqueda del placer sexual como si se tratara de una experiencia mística. Sion Sono sigue igual de libre en sus intenciones por mostrar los modos de la alienación, sin caer en retóricas fáciles. Hurga fuera de lo social, desde la individualidad y su alienación, para entablar esos nexos más enfáticos (como el tema de la conexión en Suicide Club, por ejemplo) de una sociedad que esconde sus pulsiones, las adorna y que no escatima dejarlas libres de vez en cuando bajo las luces de neón.


Si bien, Guilty of romance no es tan redonda en su puesta en escena como Love Exposure o la misma Suicide Club, deja en evidencia la vitalidad y sentido del humor ácido de este importante cineasta de lo japonés, quien en cada película hace muestra de una mirada personal que no teme, por ejemplo, atacar a sus personajes en pleno acto sexual con globos de pintura rosada, no dos sino treinta veces. Un maestro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario