11.9.11

La mujer pantera de Jacques Tourneur

Soy una reciente fanática de las películas producidas por Val Lewton, y siento inusual atracción por todo aquello que se configura como imaginario de lo siniestro y animal, incluso de lo satánico, en esta serie de filmes dirigidos por diferentes cineastas para la RKO, cuando el productor trabajaba en EEUU. La mujer pantera (Cat people, EEUU, 1942) de Jacques Tourneur no solo es una cinta especial por ser un título fundamental en la historia del fantástico, sino por ser inspiradora de tópicos o correlaciones dentro del mismo cine pensado y auxiliado por Lewton, como en el caso de La séptima víctima de Mark Robson, cosa que mencionaré más adelante.
La mujer pantera presenta el caso de la serbia Irena Dubrovna (Simone Simon), extranjera que vive en New York y que conoce en un zoológico de Central Park a su futuro esposo (Kent Smith) mientras ella pinta a lápiz una pantera. Iniciar un romance teniendo de fondo un espacio de personajes "animales enjaulados" no hace más que enfatizar el marco desde donde se moverá Tourneur, pulsiones reprimidas, lo salvaje frente al control humano, mundo de mitos frente a la verdad de la ciencia. La relación amorosa de la pareja protagónica se irá construyendo de breves acercamientos y de revelaciones, de miedos como el que señala Irena sobre su pasado serbio, lleno de historias ocultistas y mítica sobre "gente pantera", que le ocasionan pesadillas y una vida nada normal. Su esposo Oliver la llevará donde un psicoanalista, el doctor Judd (Tom Conway), quien la trata sobre este miedo que tiene una carga ancestral: al casarse verá liberado su lado salvaje, los celos propiciarán que se vuelva en una mala mujer, una mujer pantera. Los celos hacia la amiga de su esposo, Alice (Jane Randolph), serán la excusa de esta transformación.

Tourneur se concentra en crear ambientes cerrados donde la protagonista y los objetos de su entorno forman un grupo de significados sobre la animalidad presente y lo femenino, a través de planos de una ventana hacia el zoológico (desde donde se oyen rugidos de panteras), de una estatua de simbología egipcia (como figura de lo análogo, ver foto) o de diversos gatos que aparecen en escena (como ejemplo de comunidad). Simone Simon realiza un papel desde la ambigüedad, es una mujer grácil, inofensiva, sin embargo el devenir de su relación de casada y ante las expectativas de una infidelidad de su esposo, no harán más que provocarle un cambio sinuoso de temperamento y actitud. Más allá del lado misterioso y de suspenso que pueda tener la historia, La mujer pantera resulta una suerte de drama de ribetes ocultistas sobre los celos.

Como en La séptima víctima de Mark Robson, editor de Cat People, La mujer pantera termina con unos versos del poeta John Donne:"Pero el pecado negro traicionó a la oscuridad infinita/ a mi mundo a ambas partes, y ambas partes deben morir"). Y en aquella cinta sobre una secta satánica, también aparece el doctor Judd (el mismo Conway), quien hace de nexo entre la secta de Los paladistas y la protagonista. Hay una escena de La mujer pantera donde Irena se encuentra con una extranjera serbia (
Elizabeth Russell, quien también aparece en la cinta de Robson) en un restaurante, y esta misma secuencia aparece en el final de La séptima víctima, lo que va a configurar una suerte de tiempo paralelo entra ambos filmes, tanto de personajes, escenarios y vivencias atemorizantes.

La mujer pantera es una cinta excepcional, no solo por la construcción de un personaje femenino a pesar de su represión animal (cuando la libera solo le queda la muerte), sino por una puesta en escena que lo da todo por hacer de la iluminación en un blanco y negro un engranaje centrado en este personaje femenino, oscuro, sublime y tierno a la vez.

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