5.9.11

The ghost ship de Mark Robson

Esta cinta de 1943 no tiene nada que ver con la película de terror de Steve Beck (2002), y solo tienen en común el nombre original. The ghost ship pertenece al imaginario de uno de mis productores imprescindibles de la RKO, Val Lewton, alguien que pudo imprimir un sello propio a partir del trabajo de directores tan significativos como Jacques Tourneur. Val Lewton encontró un estilo a través de la mirada sombría y oscura de los cineastas que lo acompañaron en la construcción de un universo paralelo oscurantista, de mujeres fatales que se transforman en felinos o de zombis producto de la magia haitiana.  

The Ghost Ship, dirigida por Mark Robson, es la historia de un joven oficial de la marina mercante ( Russell Wade), que descubre en altamar que el capitán del barco donde trabaja es un psicópata (Richard Dix), un maduro hombre obsesionado con demostrar a la tripulación su complejo de autoridad. Una serie de incidentes llevarán a la conclusión que el capitán está demente, sin embargo, los demás marineros no apoyarán este argumento por un código de honor. Un marinero mudo (Knaggs Skelton) ayudará al oficial en esta suerte de telaraña contra él, que el capitán ha ido tejiendo. 

Mark Robson dirigió esta cinta luego de su obra maestra La séptima víctima (también producida por Lewton), y después que la RKO aún confiara en las habilidades del polémico Lewton como productor de cintas exitosas en la taquilla. Mark Robson era el editor de las cintas de Tourneur, yde otras de la RKO, y tras el éxito de La mujer pantera y Yo anduve con un zombi, Lewton apostó a que él pusiera en marcha, debido a ofertas monetarias, algunos de sus nuevos proyectos. Tras su estreno, The ghost ship debió ser sacada de la cartelera debido a algunas acusaciones de plagio a Lewton, por el argumento del filme. Lewton perdió la demanda, por lo que este thriller, mas allá de las maldiciones a las que se alude en el inicio de la cinta de boca de uno de los personajes, significó uno de los primeros viajes hacia el debacle de la carrera del productor. 

The ghost ship es una cinta donde el blanco y negro resulta perfecto en su traducción del entorno en altamar, de un barco de pasillos estrechos, de camarotes que quieren naufragrar entre las sombras de la marea. Todo lo que sucede en el barco no es producto de lo sobrenatural, sino del azahar y, sobre todo, de la voluntad de un personaje atosigante, que quiere controlar la vida de cada uno de los hombres que trabajar bajo sus órdenes. Con diálogos muy típicos de la escuela Lewton, y bajo el monólogo introspectivo del marinero mudo, The ghost ship es una obra de atmósferas (pese a ser rodada en un estudio), de claustrofobias, de personajes en juegos de poder y de puesta en escena atenta a las formas de las sombras.

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