28.8.11

El otro lado del corazón de John Cameron Mitchell



Bajo el título original de Rabbit Hole y basada en la obra de David Lindsay-Abaire, John Cameron Mitchell vuelve a la dirección en una faceta distinta, lejos de los arrebatos temáticos de Hedwig and the Angry inch y Shortbus. En El otro lado corazón (EEUU, 2010), este cineasta se mete de lleno al drama a partir de la historia del luto, de cómo una pareja de esposos transita hacia la cura tras la muerte de su pequeño único hijo. La actuación de Nicole Kidman sobresale en este filme que no intenta salir del modo convencional de filmar, aunque en el cierre Cameron Mitchell pone algo de esmero.

A diferencia de otras historias sobre pérdidas, Kidman va a encarnar la afrenta ante el dolor, resistiéndose en todo momento a ser parte de esa maquinaria emocional que conforman los grupos de terapia familiares, las conversaciones de expiación y la solidaridad con el dolor ajeno, para ir hacia un polo opuesto, oscuro y triste, como recurrir al juego amnésico o buscar al responsable del accidente que mató a su hijo para hacer las pases: un adolescente
(Miles Teller) del mismo suburbio donde vive.

Cameron Mitchell se muestra certero y cómodo al mostrar esta relación de amistad extraña entre Nicole Kidman y Miles Teller, más que con diseñar ante las cámaras la crisis de los esposos (mostrando a un Aaron Eckhart poco propenso al drama). Plantear el vínculo entre Kidman y Teller roza el enamoramiento bizarro, lo que da al filme una cuota oscura ante este drama de silencio, como sucede también con el apartado de la hermana de Kidman embarazada, un nuevo nacimiento donde un niño acaba de morir.

El otro lado del corazón es un drama de interés, sobre todo reforzado por las actuaciones femeninas de Dianne Wiest o Sandra Oh (aunque esta pertenece a la parte, la relación entre Eckhart y Oh, más endeble del filme). El final es uno de los mejores momentos que haya filmado Cameron Mitchell.

1 comentario:

  1. Tenía mis dudas sobre ver esta película, por el trailer pensé que podría pecar de melodramática. Luego de leerte ahora sé que no la puedo dejar de ver.

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