1.8.11

Blue Valentine de Derek Cianfrance









Triste San Valentín, como han titulado aquí a esta primera cinta de Derek Cianfrance es un drama de espíritu indie, sobre la degradación sentimental de unos esposos que viven en un suburbio estadounidense, mientras, en un relato paralelo, se va contando, en un efectivo flashback, cómo se conocieron, se enamoraron y se casaron en pleno Brooklyn. A pesar de la historia de amor y desamor con síntomas de culebrón, la puesta en escena de Cianfrance, de planos cerrados de rostros, que van armando climas de encierro, hacen de esta película filmada en 35 mm y en digital, atisbos de estilo que revelan un cineasta de interés.
 
Blue Valentine (EEUU, 2010) muestra el lucimiento actoral de Ryan Gosling y de Michelle Williams (nominada al Oscar por este papel), quien fuera novia de Heath Ledger, teniendo que postergar por un tiempo su participación en esta cinta tras la muerte del actor. Ambos protagonistas se encuentran perfectos en su atracción y repelencia, sobre todo en la claustrofóbica escena (aunque partida por varios flashbacks) en el cuarto de hotel, que contiene un logrado encuentro sexual frustrado.

La cinta tiene los elementos para conmover de modo certero, por no decir fácil, inspirados en la sublimación del enamoramiento a ritmo de la candencia de Grizzly Bear, de juntar diversos sucesos que hacen de la paternidad un acto heróico y casi místico, del lamento familiar por la desaparición de la mascota, de mostrar a los personajes en toda su humanidad, aunque roce lo cursi a ritmo de tap y mandolina. Pero hay algo en el modo de filmar de Derek Cianfrance que puede compensar partes del argumento salidos del universo telenovelero, que consiste en la cámara cercana, a la caza de los gestos, la complicidad, y las dudas de sus personajes, en la narración fracturada que va a componer el encuentro y desencuentro, la dicotomía.

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