2.6.11

Cinco películas sobre el amor

















Amanecer. Del campo a la ciudad moderna como proceso de reconciliación. Esta obra maestra de Murnau despliega una sensibilidad excepcional, no sólo en la dirección de personajes (una extraordinaria Janet Gaynor) sino en los movimientos de cámara y dirección artística. Los planos yuxtapuestos para dar la idea de las emociones vividas por los protagonistas proponen una "descorporeidad" de la imagen, que se aleja del modo material de mostrar a los personajes. Un campesino, marido infiel quiere asesinar a su esposa influido por los consejos de su amante, una chica de la ciudad que veranea en su pueblo. Planea la muerte y lleva a pasear a su esposa por un lago, pero se arrepiente. La mujer intuye el plan y escapa. Sube a un tren que la lleva a la ciudad. El marido va detrás de ella. Ya en la ciudad, caótica y atractiva, de autos y carruajes, de ferias y fiestas, de negociantes y dandys, la pareja inicia un nuevo reencuentro con su amor. La ciudad que propicia el nuevo amanecer, que tambien luce demasidado moderna e individual para cobijar este tipo de amor. 

Before sunrise/Before sunset. Dos personajes, buena compañía, paseos por ciudades con encanto en verano, Nina Simone y diálogos ingeniosos en un trip de menos de 24 horas. Cuando la vi por primera vez tenía en mente cómo es que la historia añeja de An affair to remember de Leo McCarey cobraba vida en estos tiempos de cotidianeidad rápida. La promesa de un reencuentro, que luego sabemos fallido, y las lamentaciones por el tiempo perdido contienen estados de nostalgia, extrañeza, ilusión o amagos de amor fou. La cámara se luce en acompañantes travellings, explorando diversos espacios que cobran vida con las conversaciones y anécdotas. París, Viena y una Nueva York invisible haciendo mella como territorios latentes de las posibilidades. La frustración de lo que pudo ser es el gran fantasma.

Un año con trece lunas. Elvira, un transexual, lleva a su mejor amiga Zora, una prostituta, al matadero donde trabajaba. El paseo es una ruta tortuosa no sólo a los patios donde las reses son rebanadas y despellajadas en esos momentos, sino a los recuerdos de Elvira cuando era Erwyn, cuando fue padre de una niña llamada Mary Ann y cuando Cristoph, actor venido a menos, era su amante. La sangre cae a borbotones de las vacas recién degolladas mientras Elvira recuerda a voz en cuello el ultimo monólogo del Torquato Tasso de Goethe que su pareja recitaba con pasión:¨Ya veo que al final estaré desterrado, expulsado, repudiado como mendigo. Así me coronaron y me adoraron como se lleva al altar a un animal sacrificado. El ultimo día me sacaron con sus palabras mi única propiedad, mi poesía, y se la quedaron.  Ahora estoy en vuestras manos,  este don que me había recomendado en todas partes, que me habría salvado del hambre, ahora veo  por qué debería celebrar, para que mi canción no fuese más completa, para que los envidiosos me encuentren miles de puntos débiles y para que finalmente todos me olvidasen... Devolvedme la presencia solo por un instante. Cuando el hombre torturado enmudece un dios cuenta como sufría sufría hasta volverse loco, hasta que el cerebro se le reblandecía, hasta que perdiera todo vestigio de humanidad y pasaba a ser un mero vegetal. De los vegetales nadie se acuerda, todos se olvidan, descomponiendo confundiéndose con la tierra que lo vio nacer. Es el triste final el acceso al limbo, la desaparición total, el fin¨. Elvira pronosticaba su propio final, su propio delirio de soledad y tristeza. Una analogía dolorosa y salvaje. Fassbinder y su estridente grito al desamor.

El nacimiento del amor. Los personajes protagónicos, Lou Castel y Jean Pierre Leaud, hablan de sus experiencias amorosas fallidas, de sus impedimentos para lograr una estabilidad y sentirse amados. Un blanco y negro tenso, hostil, pero ideal para mostrar cómo lo cotidiano se vuelve inocuo, vacío, infeliz. Lou encarna a Paul, un padre de familia con poco compromiso familiar pero que ama a sus hijos pequeños, pero cuya vida marital le parece aburrida y por eso tiene una amante, aunque la situación no llega a nada. Mientras, Leaud es Marcus, un escritor al que su mujer acaba de dejar, ocasionando preguntas sobre la ausencia que desesperan. Ambos se consuelan pero las intenciones de rehacer la vida los llevan por caminos difíciles. Paul conoce a una chica mucho menor que él, que le abre la posibilidad de volver a enamorarse. Pese a ser un sentimiento complicado, Paul asiste, en su madurez, al nacimiento del amor. Este es un Philippe Garrel abigarrado,oscuro, en una película llena de silencios, frases a medio decir y caminatas nocturnas por un París igual de deprimido que sus protagonistas. Garrel afirma, una vez, más que la búsqueda del amor es un asunto permanente, una salida ante el ensimismamiento.

Un couple parfait. Nobuhiro Suwa encierra a una pareja a punto de divorciarse en un cuarto de hotel mientras visitan París. Es inevitable asociar esta notable película a Viaje a Italia de Rossellini, pero la intención de Suwa es mostrar una radiografía de la discusión, del desamor, la ruptura a partir de los silencios, las incomodidades, el odio mutuo que aflora. La pareja desea no verse nunca más pero existe un compromiso de por medio (la boda de unos amigos en común) que los hacen fingir que aún son üna pareja perfecta¨. Valeria Bruni-Tedeschi en su mejor papel sobre todo cuando se detiene a contemplar una escultura de Rodin en un museo de la ciudad, lo que evidencia algún recuerdo o nostalgia por sentimientos perdidos. Y Suwa da lecciones de cómo usar la cámara en espacios tan cerrados y caldeados como la habitación de un hotel  en medio de pesadas y duras discusiones. Cada uno duerme en una cama diferente, pero Suwa se encarga, a pesar de las peleas, de tensar la situación dejando la puerta de la reconciliación abierta, algo que jamás se da.

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