5.5.11

¡Para o mamá dispara!: Mis peores cintas sobre madres que se creen muy malas












Si hace unos días escribí sobre las madres que me parecen más insufribles del cine, ahora me toca comentar sobre aquellas que se pasaron de la raya con sus hijos, en su perversidad, autoritarismo o debilidad exacerbada, y que sólo ayudaron a aportar al resultado de películas regulares o flojas.

Un caso típico es el de la ganadora del Oscar Mo'Nique en Precious, filme que enfatiza que todas las siete plagas de la humanidad le pueden caer fácilmente a una persona por culpa de su "otredad": negra, obesa, madre soltera adolescente, excluida del sistema escolar convencional, portadora de VIH, víctima de maltrato familiar, ultrajada por su padrastro, sin trabajo, etc. Precious es el non plus ultra del cine onegeístico que intenta cambiar la maldad del mundo mostrando más maldad en un entorno lumpenesco. Mo'Nique se mostró como una de las madres más horrendas de la historia del cine, en su tosquedad y desamor, sin embargo eso no bastó para hacer de Precious una película menos condescendiente con la estética del telefilme. Punto aparte es la actuación de Mariah Carey. Sin palabras.




Ya de por sí, siendo una adaptación de la melosa obra de Laura Esquivel, Como agua para chocolate de Alfonso Arau, no se salva de entrar en esta lista por culpa de la actriz mexicana Regina Torné, quien encarna a la matriarca Mamá Elena, a quien sólo le falta la escopeta y las greñas sobre el rostro. La actuación no está mal, sino la puesta en escena del director que quiere hacer un filme al estilo de Macondo.




A Jane Fonda se le fue la mano al aceptar ser suegra de J.Lo, sin embargo, pese a sus momentos de comicidad acertados, Monster in law es un filme típico de la comedia de situaciones basada en la repelencia de los protagonistas que no llega a levantar vuelo, pese a los velos y vestidos chamuscados.



Requiem por un sueño de Darren Aronofski, parece una película pagada por CEDRO, Devida y la DEA. El mundo de las drogas duras es tan malo que poner a la espléndida Ellen Burstyn como una adicta a las anfetaminas es una figura más del exceso y la autoconmiseración. No es que el personaje de Burstyn quiera ser una "malvada" del cine, sino que el aura que el director le otorga al personaje la convierte en la víctima ideal de la debilidad y las patologías que él considera de "lo femenino".



En Profundo carmesí de Arturo Ripstein, el personaje grotesco que encarna la actriz Regina Orozco es la antítesis de la madre que gobernó buena parte del melodrama del cine mexicano: por el amor a un hombre, desaparece a sus hijos y se da a la vida delictiva. Una joya del amor maternal. La cinta no tiene mayores méritos que insertarse dentro del imaginario ripsteniano sin mucho esfuerzo.

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