30.5.11

Les sieges de l'Alcazar de Luc Moullet

















Esta cinta espléndida de solo 54 minutos es una delicia. Guy Moscardo (Olivier Maltinti) es un crítico de Cahiers du Cinema que se suele sentar con frecuencia en los asientos de las primeras filas del cine Alcázar, ya que cuestan más barato. Acude con sus amigos a una retrospectiva del director italiano (hasta en ese entonces un desconocido para mí), Vittorio Cottafavi, un maestro del peplum. Es allí que conoce a la joven crítica de cine de Positif, la gran contrincante de la emblemática Cahiers, Jeanne Cabalero (Elizabeth Moreau), y que según Moullet se inspiró en la controvertida cineasta y revolucionaria Michèle Firk (quien se suicidó en Guatemala). Cabalero detesta a Cottafavi por anacrónico y reivindica a Antonioni por moderno, mientras que Guy rechaza a Antonioni por ser calco de Cottafavi, un verdadero genio, no como los nuevos directores de un cine artificioso, pueril, sin aportes.

Los diálogos son hilarantes, como cuando Guy señala que Antonioni no sería nada sin la enseñanza de Cottafavi, ya que basta recordar que hasta Michelangelo se jaló al músico Fusco para sus películas, cuando ya éste había colaborado con el maestro italiano. Hasta en eso se copiaba. En Antonioni no hay originalidad, revela.

Lo más interesante de Les sieges de l'Alcazar es ironizar sobre la actividad del crítico de cine a partir de sus propios mitos: aceptar una película como buena sólo por tener el nombre de una cineasta de prestigio, satirizar sobre los juicios de valoración antojadizos o la búsqueda de nuevos padres fílmicos como modo de diferenciación frente a la novedad, por ejemplo. Historia que no nos resulta ajena.

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