14.2.11

Viernes 13 de Marcus Nispel
















Hace años que Jason dejó de ser un asesino en serie “real” y se ha convertido más bien en una entelequia, en un espectro de fuerza sobrenatural, omnipresente, con un don de ubicuidad que roza el absurdo. Sin embargo, nunca deja de mantenerse en los límites que le prodiga el slasher: machetes, fuerza bruta, casi nulidad de balas, fuera adultos, adolescentes y jóvenes sexualmente activos, drogas y sobre todo, escenas de muerte en lugares apartados o suburbios.

Si bien las anteriores películas sobre Jason Voorhees, las once que existen, fueron dejándose llevar por una suerte de solemnidad, dentro del terror y suspenso, y el slasher sobre todo, en la nueva versión dirigida por Marcus Nispel (EEUU, 2009) hay una intención clara por soltar cuotas de humor en medio de la tensión y por llevar a niveles pueriles y sarcásticos el ritmo de la trama, que imaginamos a propósito, como para dar un nuevo espíritu al universo de este asesino con máscara de Hockey. Jason puede aparecer en un almacén en medio del campo y en cuestión de segundos verlo en el segundo piso de una casa, o los personajes solitarios pueden declarar en voz alta lo que debiera expresarse en la acción de las escenas, como suele ser, como si se tratara de monólogos interiores básicos: “voy a ver si en esta revista encuentro algo interesante”, “voy a ver si encuentro algo para componer esa silla”. Es decir, más que nunca los jóvenes lucen huecos, futiles, en ocaso. Y tampoco es que Jason actúe como una máquina de matar, pero su omnipresencia le permite no dejar de lado ningún detalle: justo cuando quiere matar a alguien aparece un hacha cerca en medio del campo, o encuentra de la mano de una víctima el palo de hockey que le haga juego con la máscara. Por lo menos para completar la indumentaria.

Marcus Nispel situa la película casi treinta años después de los sucesos del campamento de Cristal lake, tras colocar antes de los créditos iniciales la escena de la decapitación de la mamá de Jason, muerte de la cual es testigo, punto fundacional para su carrera revanchista de serial killer. Vemos el final de lo que sucede en la cinta primigenia de la saga, la que dirigió Sean S. Cunningham en 1980, lo que implica que Nispel deja de lado las otras versiones que se dieron (entre ellas el caucau con ají de gallina que significó Freddy versus Jason). Nispel quiere hacer la continuación exacta de ese suceso en que la madre de Jason masacró a medio campamento juvenil, tanto que vemos cómo Jason encuentra la dichosa máscara de hockey por primera vez. Antes usaba un trapo de venda para ocultar su “fealdad” y frikismo, lo que ya se había visto en otros filmes de la saga, pero que Nispel recupera por el afán de abrir un nuevo ciclo desde la primera película de 1980.

A diferencia en otros filmes de la saga en que chicas eran las que terminaban en tete a tete con Jason, esta vez, el personaje a cargo del protagonista de la serie Supernatural, Pared Padalecki, es el fuerte contrincante, que termina dando muerte al hombre sin cara conocida, aunque de la mano de la hermana que rescata.

Esta enésim entrega de Viernes 13 se mueve dentro de los elementos convencionales de este subgénero, y mantiene el imaginario de la saga sobre todo para un público que se acerca por primera vez a los campamentos de Jason y a sus muertes típicas del slasher, muchas con toques sorpresivos. Si no se le ve como lo que es, un filme con toques de humor tosco, en algunos momentos, puede resultar una experiencia fallida. Pero como todo remake o segunda parte de filmes de terror no se puede esperar algún toque de originalidad o diferenciación clara.

Nispel, aleman que reside en EEUU hace más de veinte años, es famoso por sus videoclips, como los que hiciera para George Michael, Elton John, Spice Girls, Simply Red, Cher, No Doubt, entre otros. Debutó en el largo con la versión de Masacre en texas, solemne también teniendo en cuenta el humor negro de la original. Esta vez, su Viernes 13 tiene gracia, pero nada más. Una versión más en la lista de las películas en masa que produce Michael Bay. Como que el slasher no resulta lo de antes si es que tienes el parámetro de las grandes productoras de Hollywood. La nostalgia por el slasher de verdad.

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