Un joven regresa del extranjero a la casa paterna deshabitada. Como primer inquilino, las labores de aseo y de limpieza del hogar, tras años de ausencia, lo revelan como hijo maniático, obsesivo y solitario. Esta es la médula de este cortometraje de Alejandro Burmester, que como el tempramento de su personaje, es prolija y exacta es mostrar la mecánica de las labores, la meticulosidad de días de discurrir tranquilo y metódico, con una cámara de planos fijos, ralentis estilizados y fotografía cuidada.
Regreso (Perú, 2010) fue filmado en formato de cine digital con una cámara Red one 2k, una de las herramientas más deseadas por tener calidad(hasta sesenta cuadros por segundo) y por ser barata a comparación a otras. Con una cámara similar se han rodado cintas como District 9 o Desde mi cielo, para mencionar unos ejemplos. La fotografía estuvo a cargo del chileno Inti Briones (Huacho, El cielo, la tierra y la lluvia, Días de campo), y la música original es obra de la compositora Pauchi Sasaki.
Regreso es la una ópera prima lograda, donde más destaca el uso del sonido engranado en las imágenes y que se nota desde el primer plano que nos mete de lleno en la historia de humor sutil de este muchacho limeño detenido en el tiempo y en sus manías.Burmester se muestra como un cineasta que cuida detalles, que tiene sentido del encuadre, que no abusa de lo irrisorio. Es un nombre a tener en cuenta.
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