7.11.10

La chatte à deux tetes de Jacques Nolot





















Jacques Nolot es un director francés que me fascina, en realidad le tengo un especial afecto porque me parece un tío guapísimo, y aunque ya no ha vuelto a dirigir desde Avant que J'oublie en el año 2007, me gustaría que siguiera con sus proyectos personales e impecables.

Gay confeso, actor también de más de sesenta años (trabajó para Demy, Techiné, Denis u Ozon), Nolot tiene una manera clara y directa de armar diálogos en sus películas como si se tratara, al final de cuentas, de testimonios con alguno que otro asentimiento de aquel que escucha. Nolot suele filmarse a sí mismo, le gusta ser el protagonista de dramas de soledad y ostracismo, donde el ojo que busca rastrear lo cínico no escatima en ser implacable.

La chatte à deux tetes es su tercera cinta, filmada en el año 2002, y tiene a un cine porno de barrio como escenario único, donde el sexo explícito, la preocupación del SIDA o el travestismo son moneda corriente.


El filme muestra un microuniverso de hombres de diferente oficio y condición social, que funciona como radiografía y clasificación de diversos personajes de la vida nocturna parisina, que es representado con habilidad, ya que todo un imaginario homosexual se dibuja en torno a la proyección de un filme porno heterosexual.


Personajes bien trabajados, con diálogos ingeniosos (y algunos reveladores, sobre todo cuando se trata del mismo Nolot encarnando a un portador del VIH), y donde el motivo femenino es igual al transformismo o a una boletera frustrada pero carismática.



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