30.11.10

Ed Wood de Tim Burton















 
Más allá de la torpeza innata de Tor Johnson, del pulpo de goma, de los diálogos inefables sobre la onmipotencia de Dios sobre la ciencia, estaba la figura de un tipo que alucinaba con los mismos problemas autorales que Orson Welles, de un cineasta en estado puro, para quien hacer cine, sea como fuere, era una necesidad vital.

Tim Burton se apodera del estilo de la serie B, con sus barridos, sus créditos de técnopor,para narrar los pormenores, el detrás de cámara de la vida del peor cineasta de la historia del cine, Edward D. Wood Jr. Con un impecable blanco y negro, que permite recrear con fidelidad escenas de varias películas que dirigiera con absoluta pasión este "autor", Ed Wood es un compedio de las barbaridades que hiciera este personaje en el nombre del cine, que cata con sutilezas la exaltación de la que se veía apoderado, al fundar una conjunción extrema entre la voluntad de expresarse y la incapacidad para plasmar eso en los fotogramas.

Lo interesante de este tributo es que Burton muestra el entorno de este icono del cine de culto y la serie Z, domindo por actores, productores, amigos y amantes que comulgaban con su manera peculiar de entender el cine. No sólo eran completamente trash sus historias, decorados, las tomas pirateadas de otras cintas que insertaba en las suyas, sino todo su reparto, liderado por un Bela Lugosi morfinómano y empobrecido, tan inexpresivo, por no decir fracasado e ingenuo, como los demás del reparto.

En ese juego del cine dentro del cine, Burton nos acerca a través de una mirada compasiva, hacia la personalidad bizarra del director de La novia del átomo, encarnado por Johnny Depp, actor con carisma y versatilidad, cualidades necesarias para acercarnos a ste señor de bigotitos, y evitar acusarlo de hacer tan malas obras ya que nunca dejó de ser tan buena gente. Esa es la magia de Burton, que escarba entre lo más descabellado, logrando sacar extractos de ternura, y aunque suene exagerado, un poco de admiración por aquel personaja que soñaba con furor con obras maestras y lo infame es que creía que ya las había filmada.

Ed Wood no es sólo un homenaje a las cintas de serie B, Z, a mitos como Lugosi, a ese imaginario de robots, monstruos y naves espaciales sino también un eslabón más de esa cadena que lleva al universo de lo oscuro que está a la vuelta de la esquina de Hollywood de los años cincuenta, a la fantasiosa vida de un excluido, un marginal a la orden de la filmografía burtoniana, la analogía ideal para medir la cinefilia, la locura por el cine.

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