Esta cinta de la alemana Maren Ade, que fue ganadora del Oso de Plata junto a la uruguaya Gigante en el año 2009, muestra el devenir cotidiano de una pareja y sus inseguridades durante sus vacaciones en Cerdeña, con un ritmo lánguido y sin desbordes dramáticos.
Ade es una excelente directora de actores, sabe cómo obtener lo mejor de ellos en una historia sin muchos conflictos o tensiones, donde las diferentes acciones como leer, ir de compras, cocinar o conversar antes de dormir se convierten en momentos vitales en los gestos de sus protagonistas. La diferencia de la película de Ade con otras cintas sobre el desgaste o recomposición de relaciones amorosas es que ella se centra en las sutilezas, ya que sus personajes están a la caza de detalles que sirvan como demostraciones de afecto mutuo y que a veces tardan en llegar.
El arquitecto Chris (Lars Eidinger) y su novia Gitti (Birgitt Minichmayr) están en una isla de vacaciones, pero pendientes de que él pueda ganar un concurso de diseño. Durante su estancia, Gitti suele increpar el idealismo e inmovilidad de su novio ante eventos laborales y personales, mientras se cuestiona a sí misma ser demasiado diferente para él, pues ella se muestra explosiva, creativa y vivaz. Sus pequeños dilemas se ven exacerbados tras el encuentro con Hans, amigo del novio, quien junto a su pareja Sana, se convierten en una suerte de antiespejo, mostrándose como una pareja perfecta: adinerados, ella, embarazada y él, un empresario exitoso.
Everyone else se sostiene sobre todo en la actuación de Birgitt Minichmayr, que también fue premiada en la Berlinale. Un momento interesante: Chris bailando teatralmente una canción de Julio Iglesias y Willie Nelson, que resulta de antología.
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