16.9.10

De terror, las imperdibles




















No cabe duda que el género fantástico es ultra flexible, entra de todo, basta con que aparezca una pizca de irrealidad, de sangre, un pedazo de ovni, de asomo fantasma para que exista la posibilidad de agregar al filme al universo de lo insólito y extraño. En este sentido, mis películas de terror favoritas no necesariamente tienen esta etiqueta, sobre todo si pienso en Posesión de Zulawski, que tiene más de thriller y drama psicológico, pero el terror que propicia viene de lo esquizoide, de la semilla más oculta que despierta en mis miedos interiores, de la ruptura con mi normalidad.

El cine de terror ha conmovido mis imaginarios más profundos, más que cualquier melodrama o historia de amor frustrado. Puede tratarse de horror sobrenatural o de devaneos psicológicos, de demonios o de zombies, de serial killers o de heroínas bipolares. Están los clásicos como El exorcista de Friedkin o La profecía de Donner, que por años fueron el comentario de los lunes en la última carpeta del salón de clases, tras alguna emisión dominguera en televisión. O el horror básico propiciado por alguna mano mutilada que cobra vida en alguna cinta de Sam Raimi o de La Factoría de Yuzna. Terror que es sinónimo de noches de infancia con los ojos abiertos al tanto de cada crujido,  ladrido o alguna gota saliendo lentamente del caño, por culpa de Creepshow, La noche de los muertos vivientes, Aullidos o La Niebla. Ahora, mis filmes favoritos van por otra ruta, así que he organizado una lista en orden de miedo.

1. Kairo de Kiyoshi Kurosawa. Una fusión de lo que queda de la humanidad y lo virtual se hace patente en un Japón finisecular. Fantasmas recluidos en un cuarto cerrado con una cinta roja; individuos enajenados al tener real conciencia de su existencia en medio de la alineación. Inquietante y melancólica.



2. El más allá de Lucio Fulci. Catriona MacColl hereda un hotel y obviamente se trata de un lugar con miles de secretos y zombis. El personaje de la ciega que deambula con su perro lazarillo es excepcional, y precisamente ella carece de lo que el cineasta termina sacrificando en muchos de sus otros filmes: " Los ojos son la primera cosa que tienes que destruir, porque han visto demasiadas cosas malas".  Una obra maestra.




3. Posesión de Andrzej Zulawski. Adjani saca de quicio con su ataque de histeria en el subte y por el amante tentacular que se ha conseguido en medio de la crisis que vive con su esposo Sam Neil. Tiene escenas poderosas, un manifiesto pulsional de ribetes freudianos: verla fue una experiencia límite.




4. Los inocentes de Jack Clayton. Otra vuelta de tuerca de Henry James, guión de Truman Capote, John Mortimer y William Archibald y la actuación de Deborah Kerr como la institutriz Giddens, sorprendida por fantasmas en una mansión y alterada por dos niños nada inocentes, es un cóctel demasiado perturbador. Sugerente ritmo narrativo, con fotografía impecable. Recuerdo también una versión media hot con Marlon Brando, pero sin puntos de comparación con la de Clayton.



5. Carrie, extraño presentimiento de Brian de Palma. Tener casi 17 años y que te venga por primera vez la regla ya me resulta una idea espeluznante. La telequinesis se me hace una facultad extraordinaria, envidiable, pero trocarla por el apabullante cariño maternal y fanático de Piper Laurie es la catástrofe. Más allá de la secuencia antológica de la fiesta de graduación, está la relación subyugante entre madre e hija, oscura, castrante y manipuladora.



2 comentarios:

  1. ¿Esta es una lista definitiva o cada mes irás soltando cinco nombres?

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  2. La verdad, la tenía por allí, pero no sé si me den cinco más que me den mucho miedo, buuuuu

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