16.12.13

Este es el fin de Evan Goldberg y Seth Rogen



Esta es una película que no existe sin la fama de otra ficción. Como si se tratara de una cadena de acontecimientos, los guionistas de Supercool, Evan Goldberg y Seth Rogen, se colocan el traje de cineastas y deciden poner toda su inventiva cómica al servicio de las figuras que crearon en sus anteriores trabajos (como en Pinapple Express), en medio de una historia de catástrofe y juicio final. 

Es por ello que encontrarse en Este es el fin a Jonah Hill, Michael Cera y a Christopher Mintz-Plasse (el famoso McLovin), interpretándose a sí  mismos, no sólo tiene la gracia de la autorreferencia sino el perfecto clima de sátira, burla y oda a la estupidez sobre un entorno de estrellas ebrias, desbordadas y felices del juvenil y actual cine independiente estadounidense.

El argumento de Este es el fin resulta sencillo: seis amigos quedan atrapados en la casa del actor James Franco tras una fiesta, mientras Los Ángeles es devorada por una serie de demonios fálicos, en una suerte de venganza divina o Apocalipsis de los nuevos tiempos. Los muchachos emprenden la misión de la supervivencia, que reside sobre todo en matar el aburrimiento o en emplear métodos absurdos de cooperación que no tienen mucho efecto. Con la vieja premisa cinematográfica de “el enemigo está dentro”, estos amigos van a ir afianzando lazos de solidaridad pero también reflejarán la típica idiotez y torpeza propia de la adolescencia, mérito ganado como emblema en este subgénero cinematográfico, y que los cineastas exponen gratamente a través de escatologías varias y surtido humor negro.

Si bien Este es el fin cae en la debacle expresiva hacia el final de la película (con una escena de exorcismo de más), la primera media hora es delirante y lograda, por el hecho de introducir a los mismos James Franco, Jonah Hill, Michael Cera, o el mismísimo director Seth Rogen, en facetas insólitas o soñadas, dentro del contexto de una lujosa fiesta de verano de drogas, alcohol y sexo, donde también aparecen Rihanna o Emma Watson como invitadas. Esta imitación de la vida real, con aire de “home movie” y de serie B, y del “cine que habla del cine”, coloca a Este es el fin en la continuidad de la tendencia mordaz de la comedia independiente, que no teme burlarse de sí misma y extender sus fueros, con algo de ingenio, hacia lo desopilante.

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