18.3.12

La piel que habito de Pedro Almodóvar

Es mejor ver esta cinta sin saber nada de ella. Cada estallido de sorpresa se transforma en evidencia de un cineasta pleno, capaz de convertir una historia truculenta en un delirio de momentos camp, del thriller menos elaborado, y del melodrama que intenta escapar de lo canónico.

En La piel que habito hay transformaciones ejemplares: desde un Antonio Banderas, al parecer un actor desperdiciado por Hollywood bajo el estigma de ser una figura de porte atractivo, que encarna esta vez a un cirujano que aparece como obsesionado por luchar contra lo que terminó matando a su mujer, hasta una Marisa Paredes, personificando a Marilia, una ama de llaves que va sacando a la luz secretos desde lo más recóndito de su maternidad. Y sobre todo, el gran cambio que protagoniza el personaje de Vera, en una simbiosis enfermiza tras un pasado que poco a poco se va dilucidando.


En esta última película de Almodóvar encontramos los motivos más reconocibles de su filmografía: escenarios que buscan lo metonímico o lo grandilocuente, como la mansión donde vive el médico Robert Ledgard, que intenta ser "eso" femenino que intenta reconstruir o reinventar a su medida, un entorno lleno de cavidades, como la mazmorra que atrapa a Vicente (Jan Cornet) o tan aséptico para tratar a sus pacientes post cirugías plásticas. Pero también encontramos la construcción de personajes femeninos de acuerdo a arquetipos, y que en más que sus otros filmes, tiene la fisonomía del simulacro, de la máscara, (lo que encarna Elena Anaya en su versión de Vera Cruz), o como en esa festividad de carnaval al que se refiere en varios momentos del filme como contexto. Es como si Almodóvar se hubiera puesto a prueba y hacer de su consabido trato a "la mujer" y al "ser femenino", solo un juego de simulaciones, hacia a aquello socialmente construido, y que al final de cuentas no puede cambiarse por nada.


En La piel que habito, Almodóvar logra registros camp notables, como en las escenas donde aparece Zeca, el hijo de Marilia, un delincuente disfrazado de Leopardo, quien irrumpe en la casa de clase acomodada con toda su furia de outsider y de abandonado, en el contexto de una celebración carnavalesca en el pueblo donde vive su madre. 


La piel que habito, como señala su título, es un estructurado juego de ser y parecer, de usurpación de identidades en un relato de venganza singular, de afirmación también, donde el cineasta español se sigue luciendo como pieza fundamental del cine actual.


2 comentarios:

  1. De las películas que vi de Almodovar para mi es "la distinta", sin dejar de entrometerse en las complejas personalidades de cada uno de sus personajes, y las relaciones entre ellos nunca lineales ni simples, va un poco más allá y se mete con la ciencia y la ética en el ejercicio de la misma. Claro que no se puede decir más del film como queda explicitado en la crítica "es mejor no saber nada de ella". Muy recomendable, saludos.

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  2. Creo que la crítica de Almodóvar es fuerte en referencia a la plasticidad y la materialización del cuerpo humano, esta es sin duda una de mis peliculas favoritas de este Cineasta español, que sigue atrapando con cada una de sus películas.

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