11.11.11

Thessaloniki Internacional Film Festival: Cut de Amir Naderi

Un cineasta independiente y promotor de cine japonés es convertido en un saco humano de box, donde cada golpe recibido a cambio de dinero es un modo de purga ética por el buen cine que aún sobrevive. "El cine no es una puta, el cine es arte", es una frase del monólogo, que como imprecación, este personaje, con megáfono en mano, grita sin resultados por las calles de Tokio. "El cine no es solo entretenimiento; los multiplex solo les interesa el negocio; el cine no es una puta", reitera una y otra vez como si estuviera bajo el efecto de alguna embriaguez.
 
El director  iraní Amir Naderi, a partir del retrato entre pretencioso y visceral, de este personaje llamado Shuji (el actor Hidetoshi Nishijima, de Dolls de Kitano), propone una arenga anodina en contra del cine actual, superficial, vacío, ajeno a obras maestras irrepetibles. Shuji debe cubrir una deuda de su hermano muerto a los yacuzas, razón por la cual se convierte en este saco humano de box, donde cada golpe es en honor a alguna buena película.

Cut es una cinta polémica, con unos quince minutos brutales, antológicos, para estómagos recios, sin embargo la propuesta en sí, de que un cineasta iraní filme en Japón, en ese idioma, con actores de esa región, donde el personaje reclame una vuelta al pasado, o deplore la muerte actual del cine, donde aparezcan las tumbas de Ozu o Kurosawa de modo algo kitsch o sensiblero, crean una suerte de abismo entre el discurso seudopolítico y una puesta en escena por momentos subialesca. Cut tiene monólogos insoportables, que solo un orate podría decir, y que en todo caso resulta coherente con las pulsiones y pasiones del protagonista, pero que quedan a la fuerza justificados en este reclamo por un cine más leal, vivo. Igual, con todo, Cut es una experiencia memorable, pese a sus pretensiones metafóricas.

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