11.8.11

XV Festival de cine de Lima. Chicogrande de Felipe Cazals















Felipe Cazals hace un western sobre un tema que evidentemente se presta a las dicotomías del género: el contexto de los héroes de la Revolución Mexicana. Y no se trata de un hecho insular, sobre todo si se tiene en cuenta a los clásicos del cine mexicano. Sin embargo, Chicogrande es una película efectiva, y que dentro del panorama del cine de ese país, se muestra con estilo diferente, de grandes espacios y con intenciones sardónicas de reflejar el alma del mexicano actual.

Con un importante trabajo fotográfico de Damián García, que extrae sabiendo aportar a la historia los mejores paisajes del desierto de Durango, Chicogrande es la historia de un personaje que arriesga su vida con tal de conseguir un doctor en medio de persecuciones y traiciones para Pancho Villa, quien se encuentra herido en las alturas de una montaña. La cinta se basa en un argumento del escritor Ricardo Garibay, que recoge sucesos reales de la llamada “Expedición punitiva” del Ejército de Estados Unidos contra Pancho Villa, tras que éste atacara la guarnición militar estadounidense de Columbus, Nuevo México, en 1916. Chicogrande (Damián Alcázar) cumplirá su rol heróico, y Cazals lo filma en toda la solemnidad que el tema amerita.

Lo mejor de Chicogrande es precisamente su acercamiento al western desde la convención del género, con los "malos" que se enfrentan a su vez a valores cívicos, y a luchadores "buenos" del margen que encuentran en el pueblo a su más grande aliado. Cazals se documenta y quiere hacer un retrato de una época que incluye un grupo de prostitutas enanas, de soldados con labios leporino, de niños espectadores de las necesidades de la revolución, dándole así a su filme un aura de lo bizarro en esta relectura histórica que busca fidelidad.

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