29.7.11

Scream 2 de Wes Craven











Pareciera que Wes Craven hizo con su saga de Scream lo que no pudo hacer con su Pesadilla en Elm Street, dirigir sus proyectos con libertad y tratando de armar un imaginario personal a lo largo del tiempo (en este caso en torno al pueblo ficticio creado en la primera cinta, Woodsboro). Scream 2, de 1997, un año después de la exitosa película anterior, es la más evidente de la saga, en la medida que está llena de referencias y homenajes sobre todo a Viernes 13 de Sean S Cunningham (sobre todo si pensamos en el final).

A partir de una suerte de intro, donde dos estudiantes (Omar Epps y Jada Pinkett- Smith), que asisten al estreno de la película Stab (Puñalada), inspirada en la masacre de Woodsboro, son asesinados por Ghostface, en frente de decenas de espectadores, quienes asumen el ataque sangriento como parte de las performances de la avant premiere de la película. Es inevitable pensar en el guiño a El fantasma del paraíso de Brian de Palma, donde un asesino termina masacrando a un personaje simulando ser parte de un show glam, recibiendo los aplausos de la multitud. Así, Craven anuncia el pastiche y la recreación del canon del slasher, pero en una secuela menos creativa, donde nuevamente los protagonistas deberán ir a la caza del asesino descifrando las triquiñuelas de los clásicos guiones.

Nuevamente Neve Campbell (Sidney) es la protagonista, ya sola y recuperada de la pesadilla, lejos de Woodsboro, en otra ciudad donde asiste a la universidad. Sin embargo, en el ambiente de las hermandades universitarias y sus ritos de iniciación, aparece Ghostface a reclamar venganza, matando a las estudiantes del círculo de Sidney. Es acompañada por los invencibles Courtney Cox y David Arquette, en una relación más de caricatura, lo que hacen de este filme con más humor tonto que la anterior.

En Scream 2, Craven va a configurar un juego retórico del cine dentro del cine, ya que "Stab" está basada en el argumento del filme anterior, y es un motivo de controversia entre los protagonistas y sus representaciones, y en la mezcla de la realidad y la ficción, en un juego de pareceres. Craven resuelve de manera complaciente su cinta, más allá del homenaje a Viernes 13 que se ha querido hacer. Una cinta que resulta una "formalidad" de las secuelas, y que juega muy bien con el imaginario que busca consolidar. Nuevamente una actriz en pleno apogeo muere apenas sale esbozada (el caso de Sarah Michelle Gellar) y Neve Campbell ocupa el lugar de las mujeres fuertes que zafan de novios reprimidos y de madres vengativas. El ejercicio de Scream se vuelve irrepetible, y Scream 2 sólo es una continuación honrosa y efectiva a secas.

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