24.6.11

Alucarda de Juan López Moctezuma

















Alucard, Drácula escrito a la inversa, y nombre del supuesto hijo del conde de Transilvania. Ya en 1943, Robert Siodmak hizo la película El hijo de Drácula, un relato vampírico que no dibujaba nada nuevo en torno a la figura del personaje de Bram Stoker que ya se iba poniendo de moda como analogía del terror. Sin embargo, años después la intención del mexicano Juan López Moctezuma, de usar el nombre para una película inspirada en Carmilla de Le Fanu, iba justamente a destrozar el canon del vampiro  para acercarse, a través de su personaje femenino, a un compendio bizarro sobre el oscurantismo y paradigmas góticos o medievales.

Tina Romero encarna a Alucarda, una muchacha alucinada, quien encuentra en su nueva compañera de cuarto, Justine (Susana Kamini) en el convento católico donde vive junto a otras adolescentes, un desahogo a su encierro y oscuridad. Ambas se revelarán ante la represión de las monjas del convento y se sumergirán en un culto satánico, mezclado con ritos vampíricos, orgías, exorcismos y muertes.

Juan López Moctezuma plasmó en este filme de decorados cavernosos un "macerado posmoderno" de la historia de los mitos del horror: un paseo por los mundos del desencanto cristiano extraido de El Bosco o Pieter Brueghel , de la simbología de los aquelarres de grabados medievales, de las novelas de Sheridan Le Fanu y Stoker, aunque no veamos cuellos mordidos ni cruces que espanten a las posesas. Alucarda parece que solo toma de su nombre la idea de la vampirización, cosa que logra con el personaje de Justine, que inevitablemente se asocia a Sade también en la cinta.

Moctezuma, más que un director preocupado en contar una historia sólida argumentalmente hablando, le interesan los fragmentos, mostrar a sus personajes en situaciones diversas, que muchas veces parece como desconectadas de la intención global del filme. La presencia de Claudio Brook, encarnando dos personajes (el del mago deforme y el del médico del convento), confirma el pastiche y la burla, ya representada de modo acertado en el vestuario de las monjas sangrantes, o en la orgía con el Belcebú o macho cabrío en medio del bosque nocturno.

Alucarda (México, 1975) es una cinta de confesa predilección por el estilo descuidado de la serie B, donde al director le tiene sin cuidado la grandilocuencia de las actuaciones y el maquillaje poco verosímil que no logra remitir a lo fantástico. Fue filmada con parlamentos en inglés y enfocada a un público extranjero, compitiendo así con cintas de igual talla, como las dirigidas por Jess Franco por ejemplo. Alucarda, pese a sus concientes errores de montaje, a sus diálogos acartonados, a la exhuberancia del drama, al terror impostado, es un desborde de voluptuosidad, de cuerpos en crisis, de rojo que le falta "realidad" para parecerse a la sangre. De todas maneras, Alucarda es indispensable para hurgar en el apartado de cine psicotrónico hecho en América Latina, una experiencia que por momentos puede causar alguna carcajada, pero donde se nota que Moctezuma no creía para nada en el humor involuntario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario