17.5.11

La historia sin fin de Wolfgang Petersen
















Vi La historia sin fin (EEUU, 1984) en el año de su estreno, con apenas siete años, sin haber leído la obra de Michael Ende, y me pareció una cinta conmovedora sobre cómo salvar a un planeta de la Nada. Años después y luego de verla junto a mi hijo, me queda asegurar que se trata de una de las obras menos logradas del alemán Wolfgang Petersen, un director regular (Das boot, La tormenta perfecta, Enemigo mío). La vi con decepción.

La historia sin fin es una historia de malos ejemplos, según el comentario de mi hijo: un chico huérfano de madre que deja de dar una prueba en la escuela por ir a leer una novela que acaba de "robar", que no avisa a su padre si es que se queda a pasar la noche en el desván del colegio y que no le importa más nada que dar con el enigma de la historia que cobra vida con su aporte de lector.  Eso es lo que parece ser, como todo relato en que los niños se convierten en simulaciones del libre albedrío adulto, sin embargo el filme cobra atención al introducir al espectador a un mundo surreal, de reinas a punto de morir si es que un salvador púber no viene a rescatarlas de una suerte de cataclismo antiecológico. Bastian, el niño lector, sigue las aventuras de Atreyu, un niño jinete que intentará esquivar a la Nada (una entidad de ribetes existenciales), que va directo a la destrucción de Fantasía, un planeta de seres míticos. Pero lo que funciona en la novela, en la cinta se ve destrozada por la misma dirección o edición entrecortada que Petersen dota al filme, lo que le atribuye un aire de ficción majestuosa amateur. El uso de los efectos especiales luce descuidado y la historia llena de baches y facilismo argumental.

Lo mejor de esta cinta es su intro, el tema de Limahl, mientras vemos los créditos. Adios al momento grato de mi recuerdo infantil.

2 comentarios:

  1. Estoy relativamente de acuerdo, o en desacuerdo.

    Vale que el personaje de Bastian peca de egoista e irresponsable, pero al fin y al cabo es un niño humano con sus virtudes y sus defectos.

    El recorte agresivo que sufre el argumento frente a la novela, seguramente resulta hasta "gore". Pero no debemos olvidar que ser tan fiel al relato habrái estendido la duración de la película ha 6 horas de infumable celuloide... y en aquella época Hollywood tampoco se planteaba el formato de trilogías al estilo de El Señor de Los Anillos, ni manejaba presupuestos "infinitos" para satisfacer series a tal nivel.

    Finalmente, los efectos especiales hoy figuran deslucidos, pero recordemos que en aquella época fueron de vanguardia, y sobretodo la falta de medios técnologicos, que incluso hoy, no siempre obtienen un resultado deseado.

    La película goza de magia, nostalgia, y se entrega al espectador, aunque no sea una obra maestra!

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  2. Estoy relativamente de acuerdo, o en desacuerdo.

    Vale que el personaje de Bastian peca de egoista e irresponsable, pero al fin y al cabo es un niño humano con sus virtudes y sus defectos.

    El recorte agresivo que sufre el argumento frente a la novela, seguramente resulta hasta "gore". Pero no debemos olvidar que ser tan fiel al relato habrái estendido la duración de la película ha 6 horas de infumable celuloide... y en aquella época Hollywood tampoco se planteaba el formato de trilogías al estilo de El Señor de Los Anillos, ni manejaba presupuestos "infinitos" para satisfacer series a tal nivel.

    Finalmente, los efectos especiales hoy figuran deslucidos, pero recordemos que en aquella época fueron de vanguardia, y sobretodo la falta de medios técnologicos, que incluso hoy, no siempre obtienen un resultado deseado.

    La película goza de magia, nostalgia, y se entrega al espectador, aunque no sea una obra maestra!

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