3.3.11

Las películas de mi madre















Mi madre no es cinéfila, mucho menos una espectadora frecuente. Es lo que se dice una persona que muchos años atrás tenía al cine como uno de sus principales eventos sociales, sin embargo, fue captada por las facilidades del Betamax y la videocasetera. Fue el inicio de final de mi vida como "acompañante" y el comienzo de una ruta lejos de ella, pero cercana a las salas de cine desde otro punto de vista menos familiar y nostálgico. Sin exagerar, puedo decir que mi madre me pegó al cine; desde que tengo recuerdos la veo haciendo la cola en el cine Metro o República, del centro de Lima, mientras la esperaba en un rincón, o la veo siendo tragada por la muchedumbre al revender entradas agotadas para Los cazafantasmas en la puerta del cine Capitol de Breña, porque al entrar a la sala teníamos asientos separados, y así no valía la pena. No era la voz. Mi mamá no tiene idea de lo que propició.

No recuerdo la primera película que me llevó a ver, pero suelo decir un lugar común: Bambi. La vimos en el cine Diamante de Jesús María, quizás la sala de cine a la que más he ido en toda mi vida, y recuerdo el temor ante las luces apagadas y al telón, el monstruoso telón.

Pero lo que más recuerdo de su tímida afición al cine fue su pasión por las películas peruanas, ver su ciudad en ella, los barrios, los personajes urbanos avezados, sórdidos y reconocibles en los vecinos de la cuadra, en la amiga del fin de semana, en los compañeros de trabajo. Su favorita es Maruja en el infierno, pero ignoro por qué.

Lo que sí me queda claro es que mi madre fue cómplice de una experiencia hito, llevarme a ver Duna de David Lynch, hecho que siempre menciono como brutal, pues la vi a los seis años. No me pareció aburrida sino obscena, una película macabra de hombres venenosos y repugnantes que levitaban y hablaban sobre cosas crueles. El estallido de mi vida cinéfila, sin lugar a dudas.

Feliz cumple.




3 comentarios:

  1. A entonces tu debes ser mi contemporanea. Mi madre tambien me pego el cine y fue esa misma pelicula, Bambi, la que vi con ella la primera vez que pise una sala. Recuerdo que antes de iniciar las peliculas en aquella epoca, los 80s, daban unos cortos de dibujos animados alucinantes, tambien habia un receso en medio de la pelicula (esto no me queda muy claro), y a mi madre le encantan las peliculas de terror, sobretodo esas en Blanco y Negro, las cuales las veia junto a ella y aunque rapidamente me quedaba dormido, de alguna manera se me contagio el gusto por ese tipo de peliculas, creo que por los escenarios lugubres y de ultratumba, mas encantados y fantasmagoricos que aquellos creados en las pelis de terror de hoy dia. Yo iba al cine Romeo, que estaba justo frente al departamento donde vivia. Tambien estaban el Pacifico, Colon en la calle Berlin, donde vi una pelicula en tres dimensiones o al menos eso nos dijo el duenio del cine cuando nos dio las gafas bicolores, y el Julieta, claro, al espaldas del Romeo, que era una sala ubicada en el subsuelo, todos en Miraflores.
    Saludos
    La Enesima Dimension

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  2. Recuerdo la primera vez que leí el comentario que publicaste sobre Dunas, después de haberte escuchado hablar muy mal de ella; y lo que leí, por el contrario, acabó por despertar mi interés. Sospecho que despertó en ti sentimientos cruzados. No sabía que habías frecuentado también el famoso y rosadísimo cine Colón! espero no a los seis años. Después de leer tu itinerario de salas de exhibición, creo que yo también soy tu contemporáneo...

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  3. Hola, Romeo. Gracias por compartir tus recuerdos. Mis primeros recuerdos de una sala de cine provienen de comienzos de los ochenta.

    Hola Lucho, cómo crees que he ido al cine Colón, ja. Tú estuviste en la primera proyección del cinematógrafo con Piérola. No, mentira.

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