9.2.11

Black swan de Darren Aronofsky

















Cinco razones para defender este filme ante improperios exagerados y gratuitos:

1. Darren Aronosky se ha convertido, recién, en un director de interés. Pi no me entusiasmó y deploré Réquiem por un sueño por asumir de modo maniqueo que el mundo de las drogas es absolutamente malvado y mortal. Todos son pobres víctimas de la desolación (y de ese estigma de la decadencia ni se salvaron los Kronos quartet, quienes acompañan la banda sonora, refregada hasta el hartazgo en reportajes de TV sensacionalistas). La fuente de la vida, con un Hugh Jackman empalagoso, es casi una aberración visual, que tiene todo un cóctel bizarro de budismo zen, antropología de estirpe new age y desvarío existencial, donde quizás se encuentre la semilla del disparate que se ve en Black swan. Con El luchador, Aronofsky se puso prolijo, sin poder evitar edulcorar la vida dura del westling, pero igual es una película decente, la más convencional de su filmografía. En Black swan, Aronofsky se libera y reinventa un modo poco sutil de hurgar en la mente de una niña adulta, con algo de destreza y sin temor a la grandilocuencia y al esperpento.

2. El lago de los cisnes se vuelve un teatro de lo grotesco, dentro y fuera del ensayo. Y esto me recuerda a la recreación que hizo de El fantasma de la ópera y Fausto, Brian de Palma en esa joya llamada Fantasma del paraíso, igual de desbordada y glam, donde el cineasta se atrevió a dar rienda suelta al disparate, pero claro de una manera más homogénea en su estilo visual que lo que hace Aronofsky con la obra de Tchaikovski. La transformación, pendiente en todo el metraje, de la lívida Natalie Portman, siguiendo el argumento de la obra y arruinándolo con esta aparición del lado insano encarnado por "el cisne negro" (digamos que agrega hasta la exageración a la historia del ballet original el lado mórbido y tanático). La típica frase de "meterse en el personaje" en su dialecto más subrayado y literal.

3. Natalie Portman da todo de sí. Desde el inicio de la película, no hay plano en el que ella no aparezca, es como si Aronosfky dijera con mayúsculas, que todo es partir de ella y hacia ella. Presencia de pesadilla en el espejo, lucha con la mímesis, y el parto moral hacia la transformación o liberación. La cinta hace de Portman una actriz plena, que baila, finge, muta. Le ha sabido sacar el jugo a la experiencia desquiciada de Deneuve en Repulsión de Polanski (inevitable referente, tanto esa como El inquilino), a la de Sissy Spacek en Carrie (tremenda madre que resultó Barbara Hershey, aunque no se compara con la fanática Pipper Laurie, motivo de varias pesadillas) y a la de Mia Farrow en El bebé de Rosemary, tal como ella ha confesado. Si bien los efectos especiales empobrecen momentos de tensión, Portman logra salir librada de los tropiezos de Aronofsky y le salva varias escenas, como aquella en que se convierte en tosco cisne en su habitación. Portman transformada en cisne negro, con los ojos rojos y poseída, es impagable.


4. Ver la decadencia actoral de Winona Ryder. A lo que ha llegado esta chica luego de una carrera emblemática para los cinéfilos formados en los noventa. Justo ella aparece en las escenas menos logradas del filme (aunque aquellas en las que se le refiere también dejan mucho qué desear, como el anuncio de su accidente) y no logra salir airosa en ninguna. El verdadero cisne negro tullido y aburrido.

5. Black swann es atractiva pese a sus notorios fallidos ejercicios de indagar en la mentalidad femenina y sus pulsiones. Es cierto que esta cinta tiene parches de historias viejas, sin embargo es interesante cómo Aronofsky va fabulando sobre las represiones sexuales de Ninna, al hacerla débil con detalles manidos como su dormitorio de peluches o su madre sobreprotectora. La intensidad está la puesta en escena de reflejos y sosías perversos, en la participación de Mila Kunis, extraida del imaginario de Flashdance, en un Vincent Cassel demiurgo y con la misma malicia que en El odio, pero sofisticado y maduro. Black swan es apoteósica, un club de la pelea en tutú, un desvarío donde todo parece valer la pena, aunque se sienta el fiasco, el desparpajo, la sangre que crece sobre la muerte blanca.

6 comentarios:

  1. También un tanto predecible, en general.

    ResponderEliminar
  2. La encontré inferior a EL LUCHADOR. Me pareció muy melodramática, cuando controlando el melodrama podía haberse logrado un buen gótico. Portman está demasiado llevada por ese tono y no logra librarse, sino en ese único momento de la emergencia -magnífica, es cierto- del cisne negro. Creo que -con todo- se merece los premios que está ganando (pero ha tenido desempeño MUY superiores en otras extraordinarias películas). Lo veo también tropiezos narrativos -y la narrativa en EL LUCHADOR es impecable. Creo que ese gran actor que es Cassel está subutilizado -esa dupla perversa podía haber dado un muy buen gótico -pero está como diluida. Me parece también subtuitilizada Hershey, con un exceso de botox que la hace apercer como una máscara. En todo caso -vale la pena verla y gozar de la largamente esperada aparición de lo oscuro hacia el final de la película.

    ResponderEliminar
  3. Para mi gusto, esos efectos especiales algunas veces tan simples no empobrecen los momentos de tensión, más bien los potencian, porque forman parte de una mentalidad infantil. En ocasiones me hicieron recordar los sueños absurdos y húmedos de otras niñas, las de Criaturas Celestiales. Yo la disfruté, quizás porque fui a ver a la Portman y la vi tan bien que cualquier otra cosa fue olvidada :)

    ResponderEliminar
  4. Me gusta màs còmo comenta Derteano. Tiene buena leche y crea expectativa. En tus crìticas hay mucho negativismo.

    ResponderEliminar
  5. Pamela, nadie te obliga. Busca la buena leche. Y Derteano, no sé quién es. Lo leeré para insuflarme de buena vibra de espectador convencional, seguramente.

    Al anónimo del 10 de febrero, "lo impredecible" no es categoría para analizar una película, sólo sirve para colocarle un adjetivo que no dice mucho. No sé que "predecible" pueda ser una estupenda cinta como Temple de acero, de los Coen, donde la protagonista comienza diciendo que va a matar a alguien, y eso es lo que va a hacer, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  6. Black Swan es un excelente drama mal catalogado por muchos como un thriller sicológico, o peor, como una película de terror. Parto de ahí para decir con bases que esto es excelente, ya que es un drama contado no de la forma tradicional, si no de una forma muy peculiar que te adentra en un irreal y hasta a veces terrorífico mundo creado por la mente enferma y trastornada de una bailarina de ballet profesional.

    En resumen, Black Swan es una película oscura que nos muestra las dos caras de la moneda, la primer cara, nos muestra belleza, arte y perfección, la segunda, muestra el sacrificio, el dolor, el sudor y las lágrimas necesarias para conseguir la brillante primer cara. Contada a la perfección por un gran director acompañado por un gran equipo que lo ayudó a realizar su obra.

    Monica, aunque no concuerde contigo en ciertos puntos y especificaciones de tu manifiesto, me encantó tu peculiar forma de escribir, espero no volverme fan de la mala leche con la que escribes... un saludo...

    ResponderEliminar