18.11.10

Francia de Adrián Caetano














Como que el Israel Adrián Caetano de antaño ya no volverá. Con Francia, luego de recordarlo en buenas maneras por películas como Bolivia o Un oso rojo, Caetano decide alejarse del estilo más convencional que aplicara a su fallida Crónica de una fuga, para regodearse en la experimentación, y a la vez en la indefinición.

Una niña de 12 años llamada Mariana, pero que decide llamarse Gloria (encarnada por la misma hija de Caetano), vive con su mamá (Natalia Oreiro), una empleada doméstica que trabaja en un barrio "cheto" de Buenos Aires, quien acepta recibir a su ex marido y papá de la niña nuevamente en casa debido al desempleo y a una ruptura amorosa. Es así como este hogar de separados, se configura bajo el lema de "volver a vivir juntos y salir adelante por la niña". Todo esto narrado desde el punto de vista de la niña, en algunos casos, y en otros, por la mirada misma de la madre Oreiro o el padre, interpretado por un flojo Lautáro Delgado. En Francia hay diferentes ejercicios con la cámara, diferentes usos del plano, distintas ópticas para narrar un mundo infantil lúdico, pero que se agota y entrevera.

La película comienza con la presentación de Mariana y su madre, viviendo un día común de tareas y regaños. Mariana odia leer y prefiere escuchar pop ochentoso en su CD player (quizás una presentación demasiado bizarra). Es aquí que surgen los problemas familiares, la poca atención del padre, quien recibe una denuncia por maltrato físico de su ex novia, y el escaso sueldo que recibe; el trabajo de la madre en una familia regentada por una vieja suicida en potencia, y las iniciativas del colegio privado por apartar a Mariana ya que la consideran agresiva y con desórdenes emocionales.

El título de la película obedece a un poema que va a apareciendo a modo de termómetro de la sensibilidad de esta familia en diversos planos que describen su cotidianeidad, es así que por vivir en trabajos nada ambiciosos, por pagar una escuela privada que no da frutos o por estar hartos del día a día, esta familia no tendrá la posibilidad de salir y conocer esa Francia tan alejada.

Francia puede ser más disfrutable desde el punto de vista de lo cómico, cuando Caetano se aleja de la solemnidad de intentar obtener los mejores planos y secuencias con artilugios formales o de la denuncia social sublime (sobre todo del sistema educativo), para centrarse en personajes secundarios algo desencajados del total del filme, como el psicólogo Funes o el personal médico ocioso, pero que dan frescura y aire a una historia que pareciera una deuda con la nostalgia familia no muy clara y pueril.

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