26.7.11

Hahaha de Hong Sang-soo















Como en ninguna película de Hong Sang-soo, en Hahaha (Corea del Sur, 2010), se come y se brinda de modo constante como parte de pequeños ritos de lo social. Es decir, el cineasta nos acerca de diversas maneras a sus protagonistas desde momentos íntimos de confraternidad en casas, restaurantes, bares y cafés, haciendo de los "¡salud!" un acto intermitente de afirmación. 

La cinta comienza a partir de una puesta en escena conformada por una serie de fotografías en blanco y negro, de los dos amigos cuyas voces en off irán narrando sensibilidades y anécdotas sobre la estancia de ambos, en diversos momentos, en Tongyeong, un puerto coreano. Cada recuerdo va acompañado de un brindis (se darán quizás unos veinte brindis, ya que todo es motivo de celebración y de salud para compartir), afirmando la alegría de la amistad y de los nuevos o antiguos vínculos filiales y amicales establecidos o fortalecidos en dicho lugar.

Como en otras cintas de Sang-soo, estamos ante una doble narración, en paralelo, de los recuerdos de cada uno de los protagonistas, un director de cine y un crítico de películas, en flashbacks de peculiar ritmo llenos de diálogos estupendos y de enredos deliciosos. En algún momento las historias de anécdotas se entrecruzarán de modo sutil, lo que propician un filme hilarante, donde hasta los ligeros zoom ante eventos que necesitan énfasis (una sonrisa, una reacción, una expectativa) ponen la cuota de comicidad.

Los personajes jamás se dan por enterados de los momentos en que sus historias se entrecruzan y esa complicidad que Hong Sang-soo hilvana con nosotros, a partir de desayunos, almuerzos, lonches o cenas, donde todos beben y se embriagan, se pelean y se reconcilian, y donde los hombres van contando sus aciertos y debilidades ante las mujeres decididas (novias o madres), prodigan a este filme de un estilo clásico afortunado. Ya con Tales of cinema o Night and day, este cineasta había demostrado su habilidad para hacer un cine vital a partir de relatos aparentemente sencillos y al hacer una paráfrasis de la vida misma a través de diálogos banales o de relaciones humanas verosímiles a partir del absurdo o lo irrisorio. Hahaha es una cinta maravillosa, que me recuerda al espíritu de Rohmer, pero que aquí tiene otro tipo de frescura y temperamento, y que me invitan a ubicar a su director como un personaje fundamental del cine coreano actual.

2 comentarios:

  1. apuntado, a por esa peli, saludos china.

    ResponderEliminar
  2. A versh, averiguaré onde me consigo esa peli... espero que nos ea aburrida... y sea un devenir ágil de imágenes

    ResponderEliminar