21.4.11

BAFICI 13: La belle endormie de Catherine Breillat












No es la directora Catherine Breillat de siempre. Su búsqueda por darle forma onírica a la desazón del tránsito de la infancia hacia la adolescencia y vestirla con las formalidades de un cuento de hadas maldito, hacen de La belle endormie (Francia, 2010), un filme hecho para la televisión, una película fallida.

Tal como sudece en el cuento La bella durmiente de Perrault, una bruja advierte una maldición a la princesa recién nacida del reino, que cuando cumpla 16 años morirá debido a una herida con una espina. Sin embargo, unas hadas madrinas cambian el maleficio por un sueño de cien años, pero a los ocho años, para despertar luego en plena adolescencia. Así tenemos a una niña que cae en un sueño casi eterno, pero en el cual soñará con familias en el campo, trenes sin rumbo fijo, enanos refinados, reyes albinos y verdugos llenos de verrugas. Pero Breillat se hará cargo de dotarla de correspondencias cuasi eróticas, o sublimes en torno al amor y el sexo, pero quedan como amagos, como un sutil ejercicio sobre cómo poner en escena el mundo de los sueños a través de una buena fotografía, lenguaje surreal y actuaciones malas que parecen adrede. Nada más.

Luego de su versión de Barba Azul, Breillat intenta nuevamente en sus adaptaciones de cuentos para niños, darle una salida diferente a este relato sobre la construcción de lo femenino y la futura salvación a cargo de príncipes osados y atractivos. Aquí, la bella durmiente despierta al mundo actual como si se tratara de un ser venido del espacio, cuasi puro e ingenuo, que no le queda más que quedar embazarada de su príncipe azul, como una metáfora cruel de pasar sin prolegómenos del mundo de la infancia a la pubertad, cosa robada en un sueño de cien años.

La belle endormie es como ver una película de Tim Burton pero con tufo de género que al final de cuentas deforma la intención, lo cual enturbia la experiencia de un cuento de hadas algo inmoral. La secuencia de la pequeña durmiente acosada por su amiguita gitana de la misma edad, no tiene precio. Pero, allí queda la cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario